La primera vez que me comí una polla - Relatos Eróticos

La primera vez que me comí una polla

Hola a todos,

Os voy a contar mi primera historia real de cuando probé una polla por primera vez. Siempre he estado leyendo vuestros relatos y me pongo muy cachondo, así que esta vez decido aportar mi granito de arena.

Esto pasó cuando tenía unos 20 años. Yo me considero una persona bisexual, más tirando para hetero pero cuando estoy solo en casa tengo un fetiche por las prendas femeninas y de ser mujer pensado solo en pollas. Así que robaba las prendas de mi madre y mi hermana, me hacía fotos sexies y algunas veces me mostraba por webcam para que maduritos me dijeran cositas.

Esto nunca llegaba a nada más. Muchos me decían de quedar y me ponía caliente pero a la hora de la verdad, me sentía mal y no quedaba después. Hasta que un día me forcé a probarlo, tenía que dar el paso de una vez por todas.

Así que puse un anuncio por una pagina web de citas, pidiendo si había un madurito que ofrezca su polla para que un joven como yo lo probase por primera vez.

Me llegaron muchas peticiones pero después de hablar con varios decidí darle la oportunidad a uno. Nos escribimos por correo, él muy educado, me mandó su foto polla correspondiente y me encantó. Así que decidimos quedar al día siguiente.

Llegado el día, me puse unas braguitas de encaje rojo de mi hermana y por encima me puse un chandal para que nadie se diese cuenta de lo putita que era por dentro. Avisé a mi familia que me iba con una excusa de estudiar con un compañero y me fui a coger el bus para mi cita.

Cogí el bus con unos nervios que me salía el corazón. Llegué a la casa del madurito y no me podía creer lo que estaba haciendo. Era mi lado femenino el que me estaba manejando. No sabía ni como hablar ni como actuar, lo único que sabía es que estaba muy cachonda.

El madurito me trató como una princesa, super amable, con cuidado y ofreciéndome de todo. Ya dentro de la habitación, me quité el chandal y le mostré el culote que llevaba. Él no se lo esperaba porque no le dije que me vestía con prendas de mujer pero le encantó y eso le calentó aún más.

Una vez en la cama ya salió mi lado femenino que llevo adentro y no paré de chuparle la polla, me encantaba los gemidos de placer que hacía y cómo me hablaba, diciendome lo puta y perra que era. Eso me calentaba muchísimo, era la primera vez que alguien me lo decía en la cara. En ese momento ya estaba aceptando que mi vida nunca será igual y que nunca pararía de comer pollas porque era eso, era una puta y una perra.

Me ofreció hacer el 69. Acepté y era el doble de placer. Me tocó ponerme debajo y sentía como me embestía la polla en mi boca y no podía apenas respirar. Estaba más cachondo que nunca.

Al poco ya él quería correrse y me preguntó donde quería. Yo sin pensarlo le dije que en la carita. Una perrita como yo necesitaba que su primera leche fuese en la cara. Así que se corrió por toda mi cara y no pude sentirme más puta.

Cuando terminamos, me ofreció el baño para limpiarme. Me fui con la cara llena, me miré al ...