Primer acercamiento a mi cuñada
Fecha: 24/07/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: PerversionMex, Fuente: CuentoRelatos
Han pasado casi dos meses desde el primer roce intenso con su piel.
En esa ocasión Cecilia de forma un tanto inocente se acercó a mí platicando de cosas de los niños en tanto yo sacaba unos trastes de la alacena y noté que se frotaba los brazos fuertemente.
-¿Tienes frío? Pregunté
-Sí, contestó Ceci
Sin pensarlo mucho dejé lo que hacía en la cocina, me viré y froté sus brazos
-Tus manos están calentitas, cuñadito, comentó en tanto se acercaba más a mí
Ya sintiendo que la agradaban mis manos sobre su piel, aproveché la cercanía y la pegué más a mi pecho y con ambos brazos la rodeé para procurarle calor.
-Mm así se siente mejor, cuñadito, refirió
Estuvimos así abrazados casi 2 minutos cuando de repente la puerta de la habitación donde su hija y mi hijo veían televisión se abrió súbitamente. No hacíamos nada malo, pero en el acto se separó de mí y disimuló tomando un paquete de cereal y buscando dos pequeños platos para servirles un poco.
Sin decir más nada, continué con mis quehaceres.
Esa mañana, Carmen, mi esposa; me informó que por la tarde irían mi sobrina y mi cuñada a ver películas con nosotros pero que ella tendría que salir a ver un pendiente.
Por supuesto yo no podía desaprovechar la oportunidad de tener a mi cuñada sola, en mi casa, por lo menos para disfrutar con mayor tranquilidad verla caminar, sonreír y conversar conmigo; sin la mirada escrutadora de mi esposa; y le dije que estaba bien, que con gusto las atendería en su ausencia.
Tras el abrazo más cálido y prolongado que le había dado a mi cuñada en años de conocerla desde que inicié mi noviazgo con su hermana, debo reconocer que me sentía como adolescente después de su primer beso; enamorado, ansioso, feliz y por supuesto, muy excitado.
Sirvió el cereal y regresó a la habitación con los niños.
Al terminar lo que hacía ingresé igual a la habitación. Ahí estaba, tendida sobre mi cama bien arropada por el frío, a su costado mi sobrina y mi hijo, disfrutando una película infantil.
Tomé mi lugar al otro extremo de la cama, el único espacio que quedaba y extendí sin mayor intención la mano izquierda. Al hacerlo, mi mano quedó sobre su cabeza y decidí probar un poco mi suerte y empezar a acariciar su cabello.
¡Cuál sería mi sorpresa al ver que sin mirarme ni decir nada, se movió para quedar más cerca de mi mano!
Aproveché la oportunidad y bajé mi mano a su rostro, acariciando también sus mejillas y orejas.
Volteó en algún momento, me sonrió y así con mis caricias, cerró los ojos y se quedó profundamente dormida.
Una hora después, terminó la película, mi esposa aún no regresaba a casa y ya era hora de adormecer a los niños.
Los cambié de ropa, vi que se lavaran bien los dientes, los acosté en su cama en el cuarto de mi hijo, les di las buenas noches y me retiré.
En mi cama, seguía durmiendo tranquilamente mi cuñada.
Me acerqué sigilosamente a su rostro y le di un dulce beso en la mejilla.
Al tiempo susurré “dulces ...