Masturbándome con mi prima - Relatos Eróticos

Masturbándome con mi prima

Llegué temprano a casa de mis tíos. Mi tía me abrió y le dije que había quedado con Andrea para ir de compras.

-Pasa, pasa y despiértala, nosotros nos vamos ya que también tenemos que comprar.

Me despedí de ellos y fui a la habitación de mi prima. La puerta estaba entreabierta. Piqué suavemente y la llamé, pero no obtuve respuesta. Abrí la puerta y entré. Estaba tumbada boca abajo, tenía puesto una camiseta fina que le llegaba un poco por encima de la cintura y un tanga negro. Me quedé absorto mirando aquel culo espectacular, redondo, carnoso, de esos que llaman ahora de melocotón, pero yo les llamo culos pajeros. Me imaginé mi polla hundida entre sus cachetes pajeándome con ellos. Mi polla empezó a palpitar bajo mi pantalón queriendo salir, así que le hice caso y la saqué. En un principio pensé en deleitarme sin prisas, pero pensé que sería mejor ir rápido por si se despertaba. Así que le di deprisa y cuando me iba a venir el orgasmo puse la mano y vi cómo mi leche la llenaba. Estaba calentita. Al mirar a mi prima vi que estaba despierta, mirándome con la boca abierta totalmente sorprendida. Fue tal la vergüenza que me invadió que salí corriendo de aquella casa sin más.

Pasaron dos semanas sin llamadas ni mensajes, siempre nos mandábamos algún mensaje, chiste o vídeo de esos graciosos. Al segundo fin de semana vinieron mis tíos a comer a casa, con mi prima, claro. Todo parecía ir normal, yo trataba de esquivarla y advertía en ella cierta sonrisa maquiavélica. Mi madre me dijo que fuera a la pastelería que hay dos calles más abajo a comprar algo para el postre. Me dio el dinero y abrí la puerta para salir.

-Espera, voy contigo.- Dijo mi prima.

No dije nada, salí y comencé a bajar los escalones y al llegar al siguiente piso mi prima me dijo que parara. Bajé un par de escalones más y paré. Me giré y le pregunté qué quería.

-Quiero verlo otra vez.

-¿El qué?

Ella se sentó en un escalón, me miró fijamente, se subió la falda, se apartó el tanga mostrándome su chochito depilado y me respondió:

-Tú ya sabes a qué me refiero…

Abría y cerraba despacio las piernas sonriendo mientras me acariciaba el paquete. Me bajé la cremallera y me la saqué enseñándosela bien dura. Ella se reclinó un poco hacia atrás mojándose con la lengua los labios mirando cómo me masturbaba frente a ella. Esta vez no puse la mano dejando que mi esperma cayera libremente. Un par de sacudidas para escurrir la última gota y la guardé a la vez que le decía:

-Cuidado no resbales al bajar.

-Ufff, no, ahora mismo lo que tengo resbaladizo es otra cosa…¡jajaj!

Al ir hacia la pastelería me contó que si me hubiera quedado aquel día un poco más la habría visto masturbarse.

-Fue muy morboso y excitante a la vez, me puse tan cachonda que me masturbé dos veces, pero como te fuiste como alma que lleva el diablo..

Le expliqué el sentimiento de vergüenza que me invadió en aquel momento y lo entendió.

Al llegar a la portería vi que se paraba dando ...