1. Elevando sus fantasías


    Fecha: 16/11/2022, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Sus intenciones eran claras, no me había quitado ni los zapatos, pero le detuve en seco:
    
    - "Cariño, cuando dije que esto me lo había comprado para tí, es así. Desnúdate".
    
    Y diciendo esto, le empujé hacia la cama, me solté el sujetador, que cayó al suelo, luego me bajé las medias y cogiéndolo todo se lo tiré encima de su torso desnudo:
    
    - "Si me quieres follar, tienes que ponerte esto".
    
    Él me miró con extrañeza, y se quedó unos segundos pensando, así que yo me encerré en el baño para dejarle un poco de intimidad, esperando tener éxito en mis intenciones. Mientras me volvía para cerrar la puerta, pude verle oliendo mis braguitas, en las que había dejado ya algún rastro de flujos. Dentro del baño, saqué de un cajón otro par de medias, un liguero y unas braguitas rosas más claras. Me lo puse todo y me maquillé un poco antes de salir. Ya de pie frente a la cama, me encontré a mi marido cubierto por la sábana, y aunque disimulé, el hecho de que al verme así no se le notase el pene erecto marcándose bajo la sábana me hizo pensar que me había seguido el juego.
    
    Al retirar la sábana, confirmé que me había obedecido muy dócilmente, y se había puesto mi ropa interior, que le sentaba bastante bien por cierto, ya que estaba depilado desde hacía algún tiempo. Sus piernas brillaban y bajo la braga casi no le cabía el pene, que ya se adivinaba a punto de escapar. Me acerqué a él y me senté sobre sus piernas, iniciando un magreo mutuo que me puso a mil, mientras notaba su pene duro como una piedra.
    
    Nos fundimos en un sesentaynueve interminable, antes de que me viese en la necesidad imperiosa de liberar su pene de mis bragas y comérselo tragando hasta el fondo de mi garganta. Notaba sus jadeos que se mezclaban con mis gemidos incontrolados ya, a la vez que si mano se centraba en mi entrepierna, ya muy mojada, y deseosa de ser penetrada. Le acariciaba las piernas mientras cabalgaba sobre su pene, y eso le gustaba, porque nuestros ritmos iban a la par. Sentí la necesidad de susurrarle al oído cosas mientras me follaba:
    
    - "Así que te gustan mis bragas, eh?. Te mola verme con medias". "No sabía que se te ponía dura vistiéndote de mujer, ¡preciosa!...".
    
    Él estaba en trance, seguramente conteniendo el orgasmo, pero me respondió entre jadeos:
    
    - "Acaríciame las piernas, cariño, hazlo por favor, mis pezones, síii, por favor...".
    
    Entendí su necesidad y mientras me recreaba en sus piernas cubiertas de lycra blanca, le empecé a lamer los pezones a través de mi propio sujetador, para acabar mordiéndole suavemente cada pezón a través del fino encaje del sujetador. Se puso muy caliente, se le notaba porque nunca le había visto así. Su polla me abría sin piedad hasta el fondo de mi ser, y entendí que estaba cercano al orgasmo. Por mi parte, seguí echando leña al fuego, y no me separaba de su oído:
    
    - "Eres una preciosa chica, me gusta follar con dulzuras como tú, siempre he tenido un lado lésbico". "Pero necesito que te corras, cielo, eres mi putita ...