Desenlace de la pillada de mi hija menor «final» (9) - Relatos Eróticos

Desenlace de la pillada de mi hija menor «final» (9)

Me levanté y me quedé apreciando su hermosa figura sobre la cama, su belleza y el placer que acababa de sentir, había contagiado todo mi ser, algo inexplicable pero real, mi niña era mía y lo sería por mucho tiempo.

Mi hermosa niña, gracias por hacerme sentirme tan feliz, nunca lo olvidaré, quedará guardado en mi mente por toda la eternidad, nunca lo olvides mi bebe.

Gracias papá por hacerme sentir todas estas cosas bonitas, dime que es lo que siento que sale de mi vagina. Mi niña es el semen y un poco de sangre porque me robe tu virginidad, pero no te preocupes yo te limpiare para que estés cómoda. Papi, sabes, eres muy lindo conmigo y quiero que sigas asi siempre. Mi hermosa bebe, siempre seré especial contigo y cuando tengas deseo de hacer el amor otra vez, solo dime que yo estaré disponible para tí.

Papi, cuando tengas deseos de hacerme el amor también dime, que siempre te voy a complacer, ahora entiendo lo que mi mami y mi hermanita sienten cuando les haces el amor.

Quiero preguntarte otra cosa, pero no te vayas a enojar, pero quiero saberlo papi. Esta bien mi pequeña niña preguntame que yo te respondere.

Quien te hace mas rico el amor, mi mami, mi hermana o yo papi.

Mi niña hermosa eres tremenda e inocente, la verdad no me había sentido como me siento hoy, hacer contigo el amor es mejor que hacerlo con tu mami y tu hermana, fuiste más atrevida que tu hermana la primera vez, tu vaginita me pareció más deliciosa que la de tu hermanita la primera vez, aún eres una hermosa niña y quiero seguir probando siempre tu deliciosa vagina. Papi gracias por todo lo que me dices, me hace feliz saber que soy tu preferida, quiero que sepas que me sentí feliz y ahora entiendo a mi mami y mi hermana porque dicen todas esas cosas, tu eres un papi lindo que nos hace muy felices a las tres, jajajaja.

La abrace fuerte contra mi cuerpo, dos cuerpos desnudos, que acababan de amarse hasta el cansancio, solo que ella me dejo anonadado por su comportamiento, pero me hizo feliz, sentía su pequeño cuerpo desnudo, con su piel suave y delicada y el aroma de su cuerpo que me enloquecía, no quería que ese momento terminará y poder seguir sintiendo su cuerpo todo ese día.

Terminaba nuestra primera vez con mi pequeña Claudia, una mañana única y mágica, con la esperanza de que se repetirá nuevamente.