FANTASIAS DE LA INFANCIA: El juguete de Marcos - Relatos Eróticos

FANTASIAS DE LA INFANCIA: El juguete de Marcos

... de que fuera aquel niño de 8 años, metro y medio de altura, piel blanca y bellos ojos café, un poco más oscuros que los de su madre me estaba metiendo su pequeño pene de máximo 8 cm, además de sus movimientos totalmente virginales me provocaban mucho placer. Marcos solo movía sus caderas de adelante hacia atrás de manera desenfrenada hasta que de la nada se quedo quieto y se dejo caer sobre mi espalda, jadeando en mi oído

Ma: Se siente delicioso tu culito, Mun, ahora si creo que mi primo me va a devolver mi juguete- me dijo con una sonrisa. Yo lo tomé de la cara y le di un beso mientras comenzaba a tocarlo y le apretaba sus nalguitas mientras ambos gemíamos

M: ¿Quieres que ahora yo lo mismo que me acabas de hacer?- le dije mirándolo y acariciando su culito con mis dedos, el asintió con su cabeza y se acostó en la colchoneta de la casita de campaña y poniendo sus rodillas junto a su cabeza dejando sus nalguitas bien abiertas, al fin me podía dejar de imaginar como era ese agujerito, era hermoso, rosita y se veía un poco abierto ya, al parecer no solo los dos habíamos sido cogidos por Isaac sino que, al igual que yo había recibido la verga de alguien mayor, pero poco me importaba, yo también quería entrar en ese culito y llenarlo con la poca leche que me saliera por mi edad.

Yo estaba decidido a hacer las cosas bien, así que al ver ese bello agujero abriéndose y cerrándose me fui directo a el con mi boca y comencé a comérmelo como el lo había hecho conmigo, todo lo que Marcos hizo fue gemir y morder sus labios mientras jalaba mi cabello para que mi cara se enterrara más en su culo y yo pude meter mi lengua en su agujero el cual la absorbió de manera desesperada mientras yo hacía todos los movimientos posibles para que el disfrutara sus gemidos eran música para mis oídos, era mejor de lo que me había imaginado cuando lo vi con Isaac, además de que me excitaba también el hecho de que fuera YO quien le daba ese placer. Mientras yo jugaba con mi lengua en el culito de Marcos me estaba haciendo tremenda paja mientras el pequeño gemía desesperado

Ma: Mun, lo haces delicioso, quiero más, quiero que me la metas, vamos a mi cama- estábamos ciegos, en cualquier momento podría entrar su madre y vernos, pero poco nos importaba, salimos de la casa de campaña y fuimos a la cama para acostarnos juntos, nos volvimos a besar mientras lo acomodaba con sus piernas en mis hombros y fue el quien guio mi verga a su entrada anal -métemelo, métemelo y hazme tuyo- me dijo besándome, yo puse un poco de saliva en mi pene y comencé a empujar mi pito de 13 cm para que fuese entrando en su culito, entro la mitad en la primera estocada y Marcos soltó un pequeño grito el cual quise callar lo más rápido posible con un beso, si algo me había enseñado el prof Sergio era que las estocadas que más placer daban era las lentas y tenía que empujar mi cadera hasta que mi verga tocara la profundidad de su esfínter y mientras mi amigo jadeaba y me pedía más -Se siente rico mi ...