1. Emergencias ¿dígame?


    Fecha: 18/07/2019, Categorías: Sexo Virtual Autor: alysson, Fuente: CuentoRelatos

    Carla llevaba trabajando de receptora de llamadas de emergencias más de cinco años. Adoraba su trabajo y ayudar a la gente. Era la última hora de su turno y se encontraba sola en la sala de llamadas, su jefa había salido a fumar un pitillo a la azotea de la oficina.
    
    El teléfono sonó y Carla atendió la llamada con el manos libres que llevaba sobre la cabeza de auricular y micro.
    
    - Emergencias dígame.
    
    Al otro lado, la voz de un chico joven, de tono grave pero timbre aterciopelado. Sus palabras sonaron por el altavoz.
    
    - ¿Emergencias? Necesito ayuda – su voz se entre cortaba, la respiración era apretada.
    
    - ¿Qué tiene? - Carla habló en tono pausado y con calma, como siempre le habían enseñado.
    
    - Me duele el estómago, la parte baja, no sé...
    
    Carla sintió que reconocía la voz por momentos, pero dejó hablar al chico.
    
    - Debajo de la cintura...
    
    - ¿Ha tenido un accidente? ¿Qué parte señor?
    
    - La entre pierna. Me duele debajo del pantalón, tengo un bulto enorme... dentro del calzoncillo que... - el chico no pudo contener la risa.
    
    - ¿Raúl eres tú? - Carla reconoció la voz de su novio. Era una broma, como muchas que le hacía a menudo.
    
    - Cómo estás – respondió él. Raúl mantuvo la voz aterciopelada, estaba cachondo y quería jugar.
    
    - Mi jefa salió un momento a fumar, me dejó sola. Si no es nada importante debes dejar la línea libre.
    
    Raúl gimió al otro lado de la línea de teléfono. Un suave movimiento de su lengua llegó a los oídos de Clara.
    
    - Estaba solo en casa y me acordé de ti. Estoy cachondo y la tengo muy dura ahora mismo – dijo él de forma viciosa. Se podía distinguir cómo jugaba con su polla desde el otro lado.
    
    - Estoy trabajando... -Clara miró por encima de su cubículo para comprobar que no había nadie y estaba sola.
    
    - En serio, deberías estar en casa ya. Tengo muchas ganas de follarte.
    
    Carla sonrió y se sonrojó. Le excitaba que su novio le dijera guarradas y que la deseara tanto, a todas horas. Los fines de semana no paraban de tener sexo y no salían de la cama. Solo para comer, ducharse y volver a unirse en un frenesí de sudor y sexo hasta altas horas de la madrugada.
    
    - Cómo la tienes – no fue una pregunta retórica, Carla quería que le contara.
    
    - Muy dura y empalmada. Quiero besarte la boca. Que pases el piercing de tu lengua sobre mi punta y te la comas entera. Oh dios – Raúl no dejaba de tocarse y se excitaba más.
    
    Carla, de forma inconsciente, abrió los labios al escuchar su voz cachonda.
    
    - Tócate – dijo él.
    
    - ¿Estás loco? - Carla se ruborizó, pero quería tocarse. Se desabrochó el primer botón del pantalón y bajó sus dedos entre la braguita de encaje y su pubis. Tenía el coño suave, recién afeitado de varios días. Se tocó de forma intermitente el clítoris. Raúl se tocaba y se echaba saliva para mantener deslizada su mano sobre su polla.
    
    - Quiero que me comas la polla, entera.
    
    - Hasta el fondo, si – dijo ella. Su respiración se entrecortaba. Gimió al sentir que se mojaban sus ...
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