1. Los pies de Daniela


    Fecha: 29/08/2022, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mí.
    
    “Desde que entré en el ascensor me dieron ganas de comerte el
    
    coño”. Me dijo y a mi me encantó. Soy de las personas que me gusta que me hablen
    
    directamente y lo mas morboso posible, así que yo la cogí de las manos y le
    
    dije:
    
    “Y yo Daniela, nada más verte he empezado a mojarme”. Y
    
    rápidamente continuamos el beso que empezamos en el ascensor y, ahora sin traba
    
    ninguna, empezamos a sobarnos todo el cuerpo.
    
    “Si, si, zorra, si, que estoy más caliente que una estufa. Te
    
    voy a dejar el chocho seco”. Cada vez me gustaba más aquella mujer, caliente
    
    como ella sola.
    
    Casi a la vez empezamos a quitarnos la ropa la una a la otra.
    
    La mía era muy fácil. Yo lleva un vestido de seda corto y un pequeño tanguita.
    
    Ni ella ni yo llevábamos sujetador así que rápidamente estábamos desnudas con la
    
    ropa en el suelo. La verdad es que era impresionante. Carne dura como una roca,
    
    las tetas muy firmes y el coñito depilado. No parecía la edad que tenía, si no
    
    más bien una adolescente bien alimentada. Yo me la quedé mirando impresionada.
    
    “¿Te gusto?”, me preguntó. Yo hice un gesto afirmativo.
    
    “Joder, Daniela, eres un bollito que puede volver loca a
    
    cualquiera”
    
    “Pues aprovecha para comértelo”, me dijo riendo. “Tu también
    
    estás muy buena”, añadió.
    
    A todo esto, no parábamos de sobarnos y ya estábamos las dos
    
    chorreando.
    
    “Las sandalias no me las quito”, me dijo guiñándome un ojo y
    
    sonriendo.
    
    “No. Espera”, la dije yo devolviéndole la sonrisa. Daniela se
    
    sentó sobre la tapa de la taza del water.
    
    “Ya he visto como me mirabas los pies, guarrilla. ¿Qué pasa
    
    que te gustan?”, me preguntó.
    
    “Los tuyos me encantan”, la respondí.
    
    “¿Quieres olerlos?”, me preguntó. Nuevamente me encantó su
    
    línea directa de decir las cosas.
    
    “Claro, trae a acá”, la dije y ella extendió su pierna
    
    derecha hacia mí. Yo cogí su pie y lo admiré, era muy bonito y efectivamente
    
    estaba muy cuidado. Acerqué su pie a mi nariz y aspiré profundamente. Un leve
    
    aroma (si alguien le gusta este tema ya sabrá de lo que hablo) me vino y lo
    
    disfruté mientras un chorro de flujo se abría paso en mi coño.
    
    “Te gusta como huele, cerdita”, me pregunto.
    
    “Me encanta y me pone muy caliente”, la respondí. Ella me
    
    llevó la mano al coño y pasó varios dedos por dentro de mi raja.
    
    “Ya lo veo, guarra. Como te pones. Chúpalos, si quieres”, me
    
    dijo.
    
    Yo seguí disfrutando de su olor un rato, alternando ambos
    
    pies, y después empecé a chupar sus dedos. La quité las sandalias y pude así
    
    disfrutar totalmente de su olor abriendo bien sus dedos. Estaba a cien.
    
    “Me estás poniendo muy cachonda, cerda”, me dijo Daniela.
    
    Como respuesta yo puse un pie sobre la tapa de la taza del
    
    water, a su lado, de forma que ella quedó frente a mi coño abierto. Así la
    
    invitaba a que me lo comiera. Ella no lo dudó y lanzó a mi coño abierto. Metió
    
    su lengua entre mis labios y empezó a lamer mi clítoris con gran ...