1. Mi tía me convida de sus vicios


    Fecha: 28/08/2022, Categorías: Fetichismo Autor: Poli73, Fuente: SexoSinTabues30

    Hola soy Gustavo y quiero contar mi perversa historia, tenía 13 años en ese entonces, soy morocho y bastante alto, un chico normal como cualquier otro a esa edad, solo que más pajero que la mayoría diría yo.
    
    Mis calenturas más grandes las pasaba cuando estaba en la casa de mi tío, quien se había juntado con una chica venezolana, Mabel de unos 35 años, y aunque no era muy linda de cara tenía un cuerpo de infarto, ella tiene pechos grandes y algo caídos, aunque son una delicia, piernas anchas y fuertes con unas caderas inmensas que aguantan un culazo de campeonato, y aunque ronda los 75kg, (es un poco rellenita), para mí es la hembra ideal, su piel trigueña y cabello castaño la hacen dueña de todas mis pajas.
    
    Cuando iba a su casa no podía evitar entrar al lavadero a robarme una de sus tangas, para llevarlas a casa y cascarme tranquilo o incluso hacerlo en su baño si no hay mucha gente, ella tiene una hija de 5 años con la que vino desde su país y está con mi tío desde hace unos meses, a mi mamá no le cae nada bien, pues dice que es una inmunda, nunca huele bien su casa ni ella y lo asocia a sus kilos de más, nada más desacertado, su aroma se debe a sus placeres, los cuales descubrí por casualidad.
    
    Mi tío viajó a Buenos Aires por la compra de unas maquinarias para el campo y estuvo allí unos días, mamá como buena desconfiada que es, me dijo que vaya a la casa a ver qué hace esa mujer ahora que está sola.
    
    Llegué a las 13 hs y solo encontré a la niña en el living mirando tele, cuando le pregunté por la mamá y me dijo que había salido, cuando fui al lavadero a dejar un calzón blanco y sucio que había robado dos días antes, me la encontré con su cuerpo recostado boca abajo sobre el lavarropa y detrás de ella estaba Felipe , un pibe de no más de 16 años empujando a más no poder sobre ella, solo fueron 2 o tres embestidas las que alcance a ver, yo tenía sus calzones en la mano, pero no alcance a dejarlos en el cesto, me los metí rápido en el bolsillo y me fui a sentar al lado de la niña.
    
    Enseguida entró ella con su camisón blanco largo y algo transparente, se sorprendió al verme, pero se mantuvo inmutable, Paulita que así se llama la niña se fue a ordenar su habitación por orden de su mamá y yo me quise parar para contar a la mía lo que había visto.
    
    Mabel me pregunto que tenía en el bolsillo, y sin más me arrancó sus calzones, que por los nervios de la situación no los llegué a guardar, » que haces vos con esto pibe» me dijo enojada, yo no sabía qué contestar y balbuceaba palabras que ni yo sé que decian, «que va a pensar tu mamá si le cuento que te andas robando los calzones sucios de tu tía, para hacer quien sabe que asquerosidades», yo no tenía palabras para disculparme hasta que se me ocurrió decirle que la había visto y yo le iba a contar a mamá lo que ví.
    
    Su rostro se puso colorado y bajo diez cambios, de estar enojada me dijo que no haga eso, que lo podíamos solucionar entre nosotros, me hizo sentar en el sillón otra vez, y ...
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