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Dos maduras y un hombre
Fecha: 10/07/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Stevensegal, Fuente: CuentoRelatos
Mi nombre es Graciela, tengo 42 años y mi amiga se llama Susana que tiene 40 años. Somos mujeres casadas y con hijos, yo tengo 3 y ella 2. Yo nunca le había sido infiel a mi marido pero ella en reiteradas ocasiones le metió los cuernos a su esposo. Mi amiga tiene la mala suerte que su marido luego de pasar los 30 empezó a sufrir impotencia y como ella era bastante cachonda empezó a tener varios amantes. Lo que les voy a contar será para otro relato, ella me contó que su marido dejo que dos de sus amigos se la follaran y el vio todo. Continuando con el relato principal les cuento que mi amiga Susana decidió anotarse en un gym y me pidió que yo también me inscribiera junto con ella para hacer gimnasia. Ambas nos inscribimos en el horario de 15 a 17 h., nos habían dicho que en ese horario iba poca gente. En el primer día nos presentaron a nuestro entrenador personal que sólo iba a estar con nosotras dos. Él se llamaba Pablo, tenía 26 años, medía 1.80 y era puro músculos. Era lindo, lo admito pero yo era feliz con lo que tenía en casa. En cambio, Susana se volvió loca al conocerlo, un poco más y ese primer día se le tira encima. Todas las clases eran lo mismo, Susana no paraba de coquetear con él. Estaba entregadísima y él no le daba bola. Yo: para un poco Susana, venimos a entrenar y no por un chongo. Ella: no puedo parar, me vuelve loca. Yo: es demasiado joven para vos, no te va a dar bola. Ella: quiero que veas esto. Ella llamo a Pablo y el vino enseguida hacia nosotras dos. El: que necesitas?? Ella: necesito hablar con vos en privado. El: paso algo?? Ella: no te preocupes, no es nada grave. El: vení vamos a la oficina. Ella antes de irse me dijo lo siguiente "si no vuelvo en 15 minutos es que me lo estoy comiendo". No le creí nada de lo que me estaba diciendo y yo seguí corriendo en la máquina. En un momento mientras corría mire el reloj y ya habían pasado 15 minutos y mi amiga no había vuelto. No puede ser cierto me dije y seguí corriendo. Volví a mirar el reloj y habían pasados 5 minutos más, ya habían pasado 20 minutos en total. Necesitaba saber lo que estaba ocurriendo, así que detuve la máquina y fui para la oficina. Al abrir la puerta vi como Susana estaba arrodillada en el piso practicándole sexo oral a Pablo que estaba apoyado sobre una mesa y sin remera con los pantalones bajados. Yo: Susana deja de hacer eso. Ella se hacia la sorda y no quería parar de chupar esa poronga. Yo: (levanté un poco la voz) Susana, te estoy hablando. Ella se sacó la pija de la boca y por fin pudo prestarme atención. Ella: que pasa amiga?? Yo: wow. Ella: viste, es inmensa. Estaba impresionada con el tamaño de esa poronga, debía medir unos 20 cm mínimo. La de mi marido era mucho más chica. Susana continuo chupándole la pija y yo me coloque en un costado para ver mejor. La situación de ver a mi amiga con esa cosa en la boca me empezó a excitar y a morderme los labios. Me acerqué hacia ...