La primera vez con mi suegro - Relatos Eróticos

La primera vez con mi suegro

Cuando me casé, mi esposo además de trabajar en su oficina, tenía ingreso de un negocio familiar. La tienda estaba en un pequeño residencial, en donde vivían mis suegros, mi cuñado con su familia y también nosotros. De hecho estaba la casa de mis suegros, luego la nuestra y a lado la tienda. Mi suegro a veces la atendía, otras veces había empleados encargados y después de unos meses yo también empecé a trabajar ahí.

Cuando mi esposo empezó a dejar de atenderme, pues empezó a haber tensión entre nosotros y yo estaba pues muy seria siempre, hosca, enojona, y más en la tienda, entonces mi suegro se empezó a dar cuenta de que algo andaba mal. Supuse -y después confirmé- que se imaginaba por dónde iba la cosa, porque un buen día, empezó ser coqueto conmigo, luego mano larga, me agarraba de la cintura, la cadera, un poco de nalgas, luego me rozaba las tetas o las nalgas. Hasta que un día en el taller de la tienda -atrás de la tienda en sí- me abrazó por atrás embarrándome su paquete bien duro en las nalgas y apretándome las tetas con sus brazos. Le dije "qué hace, don Álvaro?", me dijo, "Estás demasiado buena, Ingrid, y a ti te hace falta que te atiendan…se nota, te estás secando y eso no lo voy a permitir, nuera". Me súper excitó eso, la verdad. En efecto me hacía falta sexo y bastante, así que yo estaba como boiler. "Esto no está bien, suegro", dije con respiración entrecortada, "Lo que no está bien es que mi hijo no atienda a su mujer, y antes de que lo busques afuera, aquí estoy yo para darte lo que necesitas, Ingrid...queda en familia". "Y si se enteran, suegro?", "No se van a enterar", me dijo abriéndome la blusa y agarrándome las tetas. "Ay, don Álvaro...no siga por favor...me está calentando mucho...no respondo", "Déjate llevar, Ingrid...aflójate...", en eso bajó su mano, me abrió el pantalón y metió su mano para tocarme la conchita, primero sobre la panty y luego directo para masturbarme y dedearme. "Uy, mira nada más, nuera, estás empapada aquí abajito...sí te urge, mi hijo no te atiende, verdad?", "No, suegro...casi ni me toca, Pepe", "No te preocupes, Ingrid...yo te voy a atender como necesitas, mami". "Ay, sí...por favor, suegro".

Me dio la vuelta, nos besamos, enseguida busqué tocarle la verga, la tenía durísima; luego me hincó para que se la mamara. "Uy, qué rico! Sabía que mi nuera era buena para mamarla, se te ve en la boquita, Ingrid." Después de unos minutos me dijo que quería metérmela, le dije "Y si viene alguien?", "Un rapidín, Ingrid", me levantó, me inclinó en una de las mesas, me bajó los pantalones y la panty y me la metió, “Tienes unas nalgas deliciosas, chamaca”, “Ay, qué rico, suegro…necesitaba esto”, “Cuando quieras, mamita”, me agarraba de la cintura y me penetraba duro, rico, sonaba cómo chocaba contra mis nalgas; yo gemía con sus embestidas. Cogía mucho mejor que su hijo. “Mm y aprietas sabroso, no sé cómo te descuida mi hijo, tienes una papaya bien rica, nuera”.

Luego me acostó en la misma mesa, me quitó los ...