1. Un derrotero inexplorado.


    Fecha: 17/06/2022, Categorías: Incesto Lesbianas Sexo con Maduras Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    Por fin llega el fin de semana, mañana es sábado y no tengo que asistir a la oficina. Estoy recostada en mi cama desnuda. Una pequeña lampara ilumina tenuemente mi habitación. Con mis ojos cerrados toco mi clítoris que está duro, jugueteo con mis pezones haciendo que mi coño se humedezca más y más, con dos dedos abro mis labios hinchados y froto enérgicamente mi panocha … más y más fuerte … estoy en la cúspide … siento ya que mis piernas tiemblan … (Toc-toc-toc) … golpes en mi puerta … y luego una voz …
    
    —¡Mami! … ¿Estas despierta? …
    
    —Sí, cariño … ¿Qué quieres? …
    
    —¿Puedo entrar? …
    
    —Sí … entra, tesoro …
    
    Prontamente levanto el edredón para cubrir mis pechos desnudos y veo entrar a mi hija Carolina, tiene nueve años y crece rápido. Cuando se mete ese pijama ajustado de Batwoman, puedo ver sus tetitas que comienzan a tomar forma. Muy pronto tendré que comprarle su primer sujetador. Justo ahora lleva una remera de Hello Kitty muy corta con unas hermosas bragas rosadas con diseños circenses. Se sube a la cama, arrastra uno de sus duendes mágicos y lo toma en sus brazos.
    
    —¿Qué sucede bebita? … ¿Algo malo? …
    
    —No, mami … solo que no puedo dormir …
    
    Me giro hacia ella teniendo cuidado de no descubrir mi desnudez.
    
    —¿Qué te sucede, tesoro? … ¿Has soñado algo que te da miedo? …
    
    —No, mami … pero todavía no me acostumbro en esta nueva casa … es muy grande y me siento sola …
    
    La miro con ternura, sus ojitos brillan, está a punto de llorar.
    
    —Pero cariño, eso pasará pronto … verás que pronto tendrás nuevos amigos en el colegio … aquí tienes más espacio que en la otra casa … podrás invitar a tus amigos a la piscina si quieres …
    
    Acaricio su mejilla y su hombro tratando de confortarla.
    
    —Sí, mami … lo sé … pero echo de menos a mis otros amigos … estábamos mejor en la vieja casa …
    
    Me dice casi sollozando y frotando su nariz. Me siento compungida por ella, mi hermosa, dulce e inocente hija esta triste y siento mi corazón acongojado.
    
    —Pero tu sabes que mamá ha cambiado de trabajo, ¿no? … debíamos mudarnos por fuerza mayor, tesoro … ya te acostumbraras … si te sientes solita acuéstate aquí con mami … yo te abrazaré para que te duermas … ¿Quieres? …
    
    Levanté el edredón y le hice un espacio, sin tomar en cuenta de que estaba completamente desnuda. Bueno, es mi hija, no importa, después de todo soy su madre.
    
    Carolina parece no notar mi cuerpo desnudo. Se desliza junto a mí y la abrazo tiernamente, luego la abrigo con el edredón, ella se acurruca a mí. Le abrazo y beso sus dorados cabellos, luego la arrullo con dulces palabras para tranquilizarla y darle mi calor de madre protectora. Meto mi mano bajo su remera y froto suavemente su espalda. Su piel es tersa, suave y cálida. La escucho emitir algunos sonidos, casi como una gatita que ronronea y se acerca más a mí.
    
    La cabeza de Carolina está justo bajo mi barbilla, mantiene sus brazos cruzados con su duende mágico entre ellos, sus manitos están entre mis senos. Se ha ...
«1234...15»