Infinito 2 - Relatos Eróticos

Infinito 2

INFINITO 2

Los primeros rayos del sol despertaron a Delia, ella notó un peso caliente sobre la mitad de su pecho, era Rea que todavía dormía. Con sumo cuidado aparto el cabello que cubría su rostro, el rostro de Rea destilaba paz, tenía una media sonrisa. Para Delia era el rostro más hermoso que jamás había visto, hubiera pasado todo el día admirándolo, pero ya era tarde y sabía que Ares se enfadaría si llegaban tarde.

No le quedo más remedio que despertarla.

• Buenos días, dormilona.

• Buenos días – contesto una dormida Rea.

• Tenemos que desayunar y salir corriendo o llegaremos tarde – sonreía Delia mientras preparaba el desayuno.

Ares les preparo comida para que desayunaran, las conocía mejor que si las hubiera parido, Delia solo tuvo que calentar la comida y desayunaron. Después corrieron como alma que lleva el diablo, no tenían que presentarse en casa, sino delante de los doce dioses principales del Olimpo. Llegar tarde no era una opción, por suerte las dos eran increíblemente rápidas y llegaron a tiempo.

Ares las miro severamente, la verdad es que le habían sorprendido, él daba por hecho que llegarían más tarde. Delia y Rea miraban a todos nerviosas, allí estaban reunidos los dioses más poderosos del Olimpo, eso les revelaba la magnitud de la misión que tendrían que cumplir. Llevaban puestos los ropajes que Ephestos les había confeccionado, su forma era la de unas botas, vaqueros, una camiseta y una cazadora de cuero.

En apariencia era ropa normal, pero como les explico el herrero de los dioses, estaban confeccionadas con fibras hechas de Adamantina, el mismo metal que el escudo de Zeus, la espada de Atenea o la armadura de Ares. Eso hacía esa ropa, virtualmente indestructible, las protegería de los ataques de posibles enemigos que pudieran toparse.

Las chicas al ver a Ephestos se abalanzaron sobre él dándole un cariñoso abrazo, Afrodita torció el morro, Ephestos no dejaba de ser su marido, miro a Ares y le dijo.

• ¿Y esta confianza que se llevan con mi marido?

• ¿Desde cuándo te importa Ephestos Afrodita? – pregunto un sarcástico Ares.

• Bueno, no deja de ser mi marido al fin y al cabo.

• Menuda paciencia tiene el pobre – dijo entre dientes Atenea, haciendo reír a su hermano Ares.

• Mirándolo, por otro lado, son dos mujercitas muy atractivas – dijo Afrodita con mirada lujuriosa.

• ¡Afrodita! – le increpo Ares.

• Mira que eres gruñón Hermano, ¿por qué no son tan cariñosas conmigo? – pregunto una triste Afrodita.

• Acaso te has preocupado de ellas, Ephestos pasó mucho rato con ella, Aparte de Ares, y yo es el único que se ha preocupado por ellas.

Afrodita bajo su rostro avergonzada, sabiendo que sus hermanos tenían razón, El primer glifo que tendrían que revisar sería el del aire, este se encontraba en la isla Barrow en Australia, con vientos de más de cuatrocientos kilómetros por hora. Al ser la zona con vientos más fuertes del mundo, el glifo funcionaria a máximo rendimiento. Ephestos ...