Princesita 3 - Relatos Eróticos

Princesita 3

Sobre la gran cama de matrimonio, la princesita está tumbada completamente desnuda sobre su madre, igualmente desnuda. La pequeña agarra con fuerza a su osito de peluche para que le de valor y tu hinchado glande se coloca en la entrada de su pequeño chochito. Son las manos de la madre las que lo abren para ti, invitándote a tomar su virginidad.

¿Cómo has llegado a esta situación?

Durante todo el verano ha quedado claro que tanto la hija como tú habéis sido juguetes en los perversos planes de la madre. Que ha usado el placer para guiaros por el camino de la depravación de espaldas al padre de la princesita que no se ha enterado de lo que pasaba en su propia casa.

Con la promesa de la virginidad de la chiquita al final del verano os corrompido de todas las maneras posibles y ahora es el momento de pagar.

El delicioso tributo a esta madre vicioso ha sido follartela primero mientras la princesita miraba encantada. Según la madre para que la princesita aprendiera que es algo bueno y natural y para asegúrate de desbravarte primero y que cuando le toque el turno a la niña seas más delicado.

Así que ahora la princesita esta sobre su madre, que aun tiene el coño empapado de la mezcla de flujo de flujo y semen. Mezcla que ha recogido para untarla el chochito de su hija y que sirva de lubricante al frotar tu glande por la rajita mientras los dedos de la madre juegan con el pequeño clítoris. La princesita se retuerce de placer sin soltar el osito de peluche. Y la madre desde abajo le pregunta si ya esta lista para que se la metan. La princesita que está al borde del orgasmo, apenas puedes contestar asintiendo con la cabeza.

Lentamente tu polla la va abriendo, todo lo suave que puedes a pesar que el instinto ruge que se la metas de golpe. Pero eso sería lo peor que podrías hacer. Así que te contienes y cuando tocas el himen, presionas con delicadeza hasta que se rompe. La princesita se arquea sobre el cuerpo de su madre que tranquiliza con caricias y susurros cariñosos.

Dejas que su coñito se adapte antes de empezar a moverte, esta tan apretada que es delicioso deslizarse en su interior. Pasado el primer momento la princesita también mueve su caderas buscando más contacto mientras su madre le peñiscas los pezoncitos.

Ves su cara de placer, ves el vicio en su mirada, impropio de una princesita, vicio inculcado por una madre depravada que también aprendió de la misma manera. La besas en la boca y te responde enredando su lengua con la tuyas como ha practicado tantas veces con su mami.

Te mueves cada vez más rápido y más fuerte y la princesita gime de forma deliciosa hasta que llegáis al orgasmo casi a la vez. Cuando la madre lo nota te agarra de las caderas para asegurarse que sueltas todo el semen dentro su hija

Te separas con la polla aun latiendo y sin tener muy claro como te siente. La princesita es un muñequita de trapo sobre la cama, que apenas se mueve y solo sonríe cuando la madre se desliza para lamer el semen machado de ...