Pau y las prácticas en la Masía. Capítulo 10 - Relatos Eróticos

Pau y las prácticas en la Masía. Capítulo 10

... para navegar. Marc con sus amigos y Eric con los suyos.

Esa misma noche, y en la misma discoteca, coincidieron nuevamente. A Eric le gustó, pero su timidez y el desconocimiento de la sexualidad del piloto, hacía que no diera ningún paso hacia adelante. Aunque en el fondo, percibía cierta atracción mutua. A las tantas de la mañana y con alguna copa de más, Marc dio el paso y buscó los labios de Eric. Estaban en un reservado, cada uno con su grupo de amigos, pero a ninguno de los dos les importó comerse la boca. No hacía falta que Eric siguiera contando, el resto ya me lo imaginaba.

En esta ocasión los besos de Eric eran más apasionados. Aquella conversación no sólo me había calentado a mi, también al culé. Habían pasado sólo un par de horas desde que había tenido la primera experiencia sexual con un tío, pero en esas pocas horas Eric me había transmitido cercanía y confianza. Quería ser yo mismo.

Los besos eran intensos. Aquella lengua volvía a jugar con la mía. En esta ocasión fui yo, el que directamente empezó a comerle el cuello. Mientras lo hacía, la mano de Eric me pajeaba. La mía buscaba su polla, estaba duro. Me había quedado con las ganas de sobar y disfrutar de ese cuerpo. Le lamía y mordía levemente su lóbulo, mi mano subió de sus gentiles. Nunca imaginé que me pusiera tanto sobar un cuerpo masculino. La piel era suave, el abdomen estaba duro. Seguí subiendo hasta que mi mano agarró aquel pecho izquierdo. Luego el derecho. Los pezones estaban duros.

Quería darle el placer que Eric me había dado. Me moví y me senté encima de el, sobre sus muslos. Mientras nos besábamos, notaba como la polla dura del defensa rozaba mi cuerpo. Eric agarró sus gafas, se las iba a quitar.

Mis besos abandonaron su boca y buscaron su cuello. Seguía bajando, mientras disfrutaba del roce de su glande contra mis genitales. Me separé levemente de su cuerpo y mis dos manos agarraron con firmeza el pectoral del defensa. Los sobaba, estaban durísimo, con mis pulgares empecé a jugar con sus pezones. Fue la primera vez que vi la mirada de Eric perdida, era placer. Su boca se había abierto levemente y podía oir unos leves gemidos.

Ya sabéis que mi experiencia con tíos antes de ese encuentro eran nula, pero mis fantasías sexuales no. Me eche levemente hacia atrás y con la mano derecha agarré ambas pollas a la vez. Estaban pegadas, sentía el calor de la Eric. Las dos muy duras. La mía aún estaba sin descapullar pero me dio igual. Empecé a mover la mano y pajearnos al unísono. Aquello era increíble, mi mano derecha masturbando las dos pollas y la izquierda jugaba con el pezón de Eric.

No quería corrernos tan pronto, pero aumenté la velocidad de mi mano. Eric echó al cabeza hacia atrás y jadeaba levemente.

Simplemente me dejé caer, hasta sentir el frió suelo sobre mis rodillas. Eric me miraba, con una cara de placer, que era nueva para mí. Agarré sus rodillas y abrió más las patas para dejarme espacio. Los 18 cms de Eric se mantenían tiesos delante de ...