1. Francisco


    Fecha: 03/07/2019, Categorías: Bisexuales Gays Autor: Riseva, Fuente: SexoSinTabues30

    Prólogo
    
    Esta historia, aunque está basada en un hecho real, me la contó un amigo, de su propia experiencia y es bastante antigua.
    
    Aparte de cambiar nombres y lugares, la tuve que editar para que no se saliera de contexto ya que no recuerdo todos los detalles.
    
    1.- La Hacienda
    
    Estaba ubicada a una 3 horas de la capital.
    
    Aunque no era una gran hacienda, era necesario tener caballos para recorrerla.
    
    Yo pasaba los veranos en la hacienda de los abuelos.
    
    Ellos tuvieron tres hijas, ningún hombre. La hija mayor era mi mamá, después venía una tía 3 años menor y la última 5 años menor que la segunda.
    
    Con la última, mi tía Pauli, es con quien tuve un mayor acercamiento.
    
    Debido a que mis recuerdos se remontan a los 4 o 5 años, no son muy claros. Pero en ese tiempo ella pasaba las vacaciones conmigo.
    
    Mi otra tía, Verónica se casó con un gringo y se fue.
    
    Mis padres pasaban la navidad y el año nuevo con los abuelos y después me dejaban ahí hasta el termino del verano.
    
    Venían todos fines de semana a verme y a estar con los abuelos.
    
    Cuando estaba sólo, recorría a pie las cercanías de la casona. Sacaba fruta del huerto, uva de los parrones o duraznos, manzanas y otros nectarines de los árboles.
    
    Un día descubrí tras unos matorrales un estero de aguas cristalinas de baja profundidad pero lleno de piedras, de manera que era difícil entrar sin pisar una.
    
    Decidí sacarlas comenzando desde la orilla y tirarlas hacia un recoveco que hacía el agua.
    
    Y esa fue mi entretención, cada día sacaba una cantidad de piedra y cada día subía el nivel del agua.
    
    En un momento podía acostarme en el agua aunque no me cubriera el pecho.
    
    Pero escapaba del calor y era entretenido. También fui sacando maleza y dejando el pasto libre en donde me acostaba a tomar sol y a secarme y vestirme, porque me metía al agua desnudo.
    
    A los 8 años el agua me llegaba a la rodilla y la represa ya tenia como un metro de altura.
    
    Un día mi tía Paulina me preguntó dónde iba, le conté que tenía un lugar secreto.
    
    Eso despertó su interés, insistió hasta que la llevé a la pequeña laguna.
    
    – Que cosa más hermosa – dijo
    
    – La hiciste tú? –
    
    Le respondí que sí, y que llevaba tres veranos haciéndola.
    
    – Te bañas ? – me preguntó.
    
    Le respondí que sí, todos días cuando saco las piedras.
    
    – Puedo bañarme yo ? –
    
    Le dije que si y comencé a sacarme la ropa.
    
    – Te bañas desnudo? –
    
    – Pero si aquí nadie me ve, tía. –
    
    Miró hacia todos lados, la laguna estaba en medio de un claro de bosque nativos y rodeado de arbustos.
    
    Se sacó la blusa, no traía sostenes, mi tía pauli a diferencia de mi mamá tenia una piel muy blanca y un pelo suave brillante y oscuro.
    
    Mi mamá tenía la piel rosada y el pelo rubio.
    
    El color de la piel de sus senos era más blanca aún y sus areola rosadas e hinchadas levantaban más sus pezones.
    
    – Qué me miras tanto? No has visto nunca a tu mamá desnuda? – me dijo como divertida de cómo la miraba.
    
    – Si, tía pero es que ...
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