1. Nueva experiencia de dominación de Juan.


    Fecha: 02/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Parejamorbocor, Fuente: TodoRelatos

    Juan salió a hacer unas compras y tuvo que entrar en la tienda de su amigo y Amo de María el musulmán, mala idea, las cosas fueron más allá de comprar unas menudencias.
    
    Cuando Juan entró no había nadie en la tienda, saludó a su amigo Mustafá y éste le dijo “hace tiempo que no me envías a la perrita para que descargue y estoy harto de mi mujer, así que me descargarás tú, perro”, mientras bajaba la persiana.
    
    “Quieto y callado hasta que vuelva”, dijo mientras entraba en la tienda dejando a Juan al lado del mostrador, cuando volvió traía un tanga y unas medias negras y un collar de perro con su correa que le puso inmediatamente al cuello, después le ordenó ponerse las medias y el tanga y le hizo arrodillarse y poner las manos a la espalda, atándoselas a continuación.
    
    De una bofetada le obligó a abrir la boca e introdujo en ella su pene, moviendo su cabeza hacia dentro hasta que le hizo un garganta profunda espectacular, llegando el glande hasta pasar la campanilla, allí comenzó a moverse hasta que, viendo que se asfixiaba, la sacó y tiró de sus manos atadas hasta levantarlo, lo llevó delante de una estantería metálica y lo puso de rodillas nuevamente atando por encima de su cabeza las manos a un soporte de la citada estantería, posteriormente le ató las rodillas a los soportes inferiores dejándome con el culo bastante expuesto, después me colocó el collar de perro rodeando mi cabeza desde mi boca abierta hasta la nuca y comenzó a acariciarme el esfínter mientras decía “buen ojete tienes, sabes que a nosotros nos gusta todo” e introdujo bruscamente un dedo en su interior, viendo que aquello no se dilataba, tomó un bote de crema corporal y echó una buena parte entre mis nalgas y sus manos, la nueva penetración manual no se hizo esperar, haciéndome gemir de dolor, al primer dedo le siguieron primero uno y luego dos más y comenzó a mover la mano en círculos hasta abrir el esfínter, más tarde sentí el glande presionando mi ano hasta que entró a pesar de su tamaño, primero la punta y, posteriormente, el resto mis gemidos de dolor ante la escasa delicadeza de la penetración fueron ahogados por la mordaza que le sirvió también de riendas tirando de ella acompasadamente con la follada.
    
    La situación duró casi diez minutos hasta que sentí el calor de la primera eyaculación, a este golpe de semen se unieron varios más que llenaron completamente mis intestinos.
    
    Yo creía que aquello había terminado pero la imaginación de Mustafá es grande… y su afición a la humillación también.
    
    Noté cómo se marchaba por el ruido de la persiana, el muy cabrón me había dejado con un tanga y unas medias, atado a una estantería y con el trasero chorreando semen y no sabía cuánto tardaría.
    
    Tras lo que a mí me pareció una eternidad y debió ser una media hora, se abrió de nuevo la persiana y volvió Mustafá diciendo “bueno perra, ya me he repuesto, ahora viene lo malo para tí”, enseguida me soltó de la estantería pero no me liberó de mis ataduras ni de mi mordaza, ni ...
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