DOMINIO TOTAL (Los inicios de Silvia) - Relatos Eróticos

DOMINIO TOTAL (Los inicios de Silvia)

... niñas y se agachaba levantando y apuntando a toda la clase con su enorme culo abierto de par en par dando la orden de que las niñas formaran una fila y tendrían que lamérselo en parejas cabe reiterar que todas las niñas tenían un pendiente en la lengua para que sean mas largas y se quitaban ese pendiente para lamer lo que ordene su ama

De inmediato se formaron, las cabecitas de las niñas se juntaban, pero aun así el enorme culo de Silvia era por mucho más grande, al una de ellas presionar su carita contra su ano, su pequeña cabeza desaparecía entre sus imponentes nalgas, las pequeñas niñas sacaron sus lenguas y de inmediato empezaron a lamer en círculos toda la roseta anal de Silvia, mientras que una de las maestras se situaba debajo de Silvia chupándole la vulva y demás, por su parte las niñas seguían lamiendo su ano, en círculos, presionando y algunos besos presión

Dio un chasquido indicando que las demás niñas también lamieran, en el salón habían como 30 niñas, casi a la mitad su ano empezó a dilatarse y se expandió de tal forma que cualquiera de las lenguas entraba y salía fácilmente, Silvia ordeno que ya era necesario que lamieran el contorno de su ano, sino que juntaran su lengua lo más posible y que la penetraran lo más que podían, las niñas obedecieron al instante, pero conforme pasaba el tiempo, su ano se expandía aun mas y ya era bastante difícil satisfacerla de esa forma y mucho menos con una sola lengua, por lo que ordenó meter un brazo en su ano para darle placer, las 2 ultimas niñas que faltaban eran las encargadas, una de ellas inserto su pequeño brazo en cual fue tragado fácilmente por el voraz ano de Silvia, de esta forma Silvia obtuvo su primer orgasmo en la escuela, mientras que la otra niña le causó el segundo.

Cuando Silvia se disponía a salir todas de salón se postraron agradeciendo su visita, en recompensa Silvia se sentó y mientras abría sus labios vaginales las apuntó, todas sabrían lo que vendría y abrieron las bocas lo más que pudieron, Silvia soltó una gran chorro de orina y para simular que era un charco, puso un par de dedos en su vagina y la orina se dispersó a todos lados cayendo sobre la maestra y demás alumnas, las cuales se esmeraron en recibir todo lo que podían y lamer todo lo que salpico al piso.

Al regresar al palacio y las esclavas estar adorándola, llegaría un grupo de esclavas

A Silvia se le dibujo una sonrisa en el rostro y ordeno que las interceptaran y las trajeran a la ciudad de una forma pacífica, al instante las esclavas partieron a cumplir la orden, mientras que Silvia ya se estaba imaginando las maravillas que haría con esas mujeres religiosas.