Mi Primer Gran Aventura - Relatos Eróticos

Mi Primer Gran Aventura

... mientras levanta su rostro de en medio de mis nalguitas. Me levanto lentamente pies me tiemblan las piernas, siento cosquillas en mi culito con cada paso que doy hasta el espaldar de la cama, donde me sujeto al borde de este mientras Carlos flexiona sus rodillas hasta que su verga queda a la altura de mi culito, siento como su verga punza mi ya suave anito, respiro hondo cada que siento como llega más y más profundo en mi hasta ser cambiado por un vaivén hacia arriba donde Carlos empuja sus 17 cm de carne viril empujando me hacia arriba, subo y bajo de las puntillas de mis pies mientras el ritmo de las embestidas aumenta obligándome a soltar leves gemidos con cada estocada a mis entrañas, pronto Carlos se incorpora casi hergido a la vez que yo me aferro al marco de madera mientras doy leves brinquitos. C: mmm jaaaah esta listo bb – no me da tiempo a responde cuando este me sujeta de la cintura con una mano y con la otra me tapa la boca para no gemir más, mi macho toma un impulso para incorporarse con la espalda recta de nuevos, pero en su camino me ensarta por completo, elevándome incluso hasta no sentir más el piso bajo mis pies, y aquí estoy yo, contenido entre gritos de dolor y de gozo sin poder escapar o tener en que apoyarme más que el que me dan mis brazos, Carlos espera un poco a que pase el dolor como siempre, y una vez más el morbo me invade, muevo mi cadera en señal de querer más a lo que me responden con un nuevo vaivén más fuerte, con el cual me elevan y quedo tendidos en el aire sintiendo como solo rebotó en la verga con la que tanto soñé acompañado de eventuales besos en las mejillas y cuello o frases sucias sobre lo estrecho y rico que es mi culito, sujeta fuerte mis caderas mientras aumenta el ritmo de sus embestidas, siento como taladra mi interior terminando en una embestida que guarda desde la punta al tronco de una sola estocada, haciéndome soltar un leve e instintivo – Más aah – acto seguido Carlos baja sus caderas hasta dejarme pararme denuevo, siento poco flojas las piernas y me incorporo respirando profundo, oigo los pies de Carlos acomodarse en el suelo y en mi oído resuena un – listo? – no alcanzo a contestarle cuando vuelvo a sentir sus estocadas, como recorre lenta su salida, hasta casi sacar su gloriosa verga de mi ahora suave culito, solo para enterarmela denuevo sacándome un fuerte gemido que intento ahogar o una suplica de no parar, aun así alcanzo a contar más de 9 bombazos antes de detenerse y entre resoplidos bajarme al suelo nuevamente, mis piernas fallan, tiemblan y no son capaces de mantener mi peso en pie, Carlos tiene que ayudarme a sentarme en el suelo, ambos estamos muy cansados, tras vernos ahí desnudos y sudados solo atinamos a reírnos de todo lo que habíamos dicho, las palmadas, el como me escape del colegio para ser cogida y como mi madre se volvería loca si descubriera que estoy en otra ciudad, desde aquí siento una niebla de testosterona flotando en el cuarto de hotel como 2 machos peleando (pero en ...