1. No lo pienses demasiado (Parte 13)


    Fecha: 20/03/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Ireneta, Fuente: CuentoRelatos

    ... boca, ella los limpió, se los saqué de la boca y mientras seguía limpiando sus pechos, la penetré con los mismos dedos que ella había chupado y la masturbé con fuerza haciéndole soltar un gemido en cada embestida. Carla estaba empapada y mis dedos entraban y salían con mucha facilidad, así que añadí un dedo más y seguí penetrándola con fuerza y a morderle con rabia. La miré mientras gemía con los ojos cerrados.
    
    Irene: Te estoy haciendo daño?
    
    Carla: No... aprieta más.
    
    Y así lo hice, le metí los dedos con más fuerza y le mordí más fuerte, haciendo que ella gimiera más fuerte en cada penetración, corriéndose al poco tiempo.
    
    Carla: Joder que cosas me haces...
    
    Irene: Yo?! Solo hago lo que me pides.
    
    Las dos nos fuimos a la ducha aún llenas de nata y pegajosas. Carla se metió en la ducha y yo volví a la habitación con la excusa de ir a por las toallas, cogí un vibrador que tenía, me metí a la ducha con ella y escondí el vibrador entre las botellas de gel. Las dos nos enjabonamos la una a la otra mientras nos besábamos. Fui bajando mi mano por su espalda, hasta que llegue a su culo, metí uno de mis dedos y empecé a acariciarle, intentando introducirle poco a poco el dedo. Me miró fijamente a los ojos pero no dijo nada.
    
    Cuando ya podía introducir mi dedo con facilidad, la giré, la incliné un poco contra la pared de la ducha, cogí el vibrador, lo encendí suavecito, poco a poco empecé a metérselo hasta que entraba y salía con facilidad, con la otra me dediqué a acariciar su clítoris, gemía y se mordía la mano apoyando la cabeza contra la pared, corriéndose al poco. Sus piernas se debilitaron durante el orgasmo, dejé el vibrador, la sujeté por la cintura y me quedé abrazada a ella besando su espalda hasta que se recuperó.
    
    Se dio la vuelta y nos abrazamos en silencio durante unos minutos mientras el agua nos caía, Carla me sujetaba la cara con las manos, me besaba y me miraba a los ojos. No sé el tiempo que estuvimos así, pero podría haberme quedado así durante horas, sus ojos decían tanto que no hacían falta las palabras y no sería yo quien rompiera ese silencio.
    
    Carla: Te quiero mi niña, vamos fuera y descansamos un ratito?
    
    Irene: Te quiero rubia, vamos todavía tenemos tiempo.
    
    Salimos de la ducha y fuimos a la habitación.
    
    Irene: Mierda no me acordaba de cómo habíamos dejado la cama hay que cambiar las sábanas.
    
    Carla: Venga que tardamos poquito.
    
    Cambiamos las sábanas y nos quedamos desnudas hablando de nuestras cosas, entre caricias y besos. 
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