1. Quien Manda? Segunda Prueba


    Fecha: 25/06/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... tampoco soy el Conde Vlad) a su amiga que magrearla. Cuando pasa ese minuto los suelto, suspirando de alivio la mujer. Pero no le dura mucha a puta esta, empiezo a darle guantazos en el culo con saña, escuchando encantado sus grititos con cada nalgada. Mientras lo hago miro un momento a Miguel, por mucho que lo odie reconozco que si quisiera pararme por darle este trato a su novia, me podría destrozar en cero coma. Pero el tío está sonriéndome encantado de la vida, y Jesica ya ha vuelto a subírsele encima y a magrearle al gusto del consumidor mientras le dice que la bese.
    
    Pasado otro minuto ceso de darle golpes en ese trasero de infarto. La agarro por el pelo y la giro bruscamente usándolo como si fuera una correa. Cuando la tengo delante casi me corro de gusto. Joder, está gimiendo. Vale, tiene cara de dolor, pero la tía está jadeando como si se la acabaran de follar. Iba a besarla, pero es ella quien se lanza a mis brazos y labios con una furia embriagadora. Nos comemos el uno al otro con pasión, vuelvo a recorrer todo su cuerpo, la agarro por ambos pechos, le acaricio el maltratado culo, sobo sus muslos, vuelvo hacia arriba y toco su tonificada espalda. Mi polla esta clavada en su vientre, moviéndose placenteramente aplastada al son de nuestros morreos. Algo alarmado noto como de seguir así me voy a correr en su tripa… Me queda poco, un par de menos más y tendré la primera eyaculación precoz de mi vida…
    
    Y entonces suena la alarma. Elena casi me empuja, aunque no parece enfadada precisamente, más bien me da la sensación de que quiere quitarse de encima de mí porque si no me folla. Sí, me folla ella a mí, no yo a ella. Sus ojos se ven con una pasión que invita a la locura, a pasar del juego y llevármela a mi cuarto para empotrarla con fuerza. Pero en vez de manifestar ese deseo que me manda desde su mirada, la pedazo de hembra habla entre jadeos.
    
    - Ufff… Se acabó la segunda prueba. Voy a explicar la definitiva.
    
    Conteniendo mi impulso de tirarme a su cuello, miró hacia Paula. Está furiosa, triste y dolida. Sé porque. Jamás me habrá visto tan salido con ella. Debería mandarle alguna señal para consolarla, lo sé. La quiero, por mucho que en el sexo seamos ambos bastante cabrones. Pero justamente por eso en vez de darle algún tipo de aliento la miro a los ojos. Y le sonrió con esa suficiencia que tanto odio en Miguel.
    
    Es como decirle: ¿Quién manda, eh? 
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