1. El juego de los malvaviscos (garganta profunda/deepthroat)


    Fecha: 25/06/2019, Categorías: Transexuales Autor: Pato pines, Fuente: CuentoRelatos

    ... dotadas).
    
    La “fiesta” continuó mucho más tranquila después de eso. Se podría decir que me hice amigo de todos (en especial de Gabriela que se mostró muy amable y atenta conmigo después). Y cuando está amaneciendo nos fuimos.
    
    Mi tía me llevó en su auto de regreso a la casa de mis padres (todavía vivo con ellos), pero durante el camino no hablamos mucho, en esos momentos me sentí bastante incómodo. Cuando llegamos me dijo que descansara y me despidió. Sin embargo, cuando estuve solo en mi habitación no pude dormir, no dejaba de repasar lo que me había pasado, y no dejaba de pensar en mi tía. Tanto repasar lo que sucedió me terminó calentando tanto que me tuve que hacer una paja, y mientras lo hacía, entre un pensamiento y otro, fantasee que mi tía me cogía la boca como lo había hecho Gabriela, de hecho, acabé pensando en eso…
    
    Pasaron los días de la semana y no tenía noticias de mi tía. Al final la ansiedad de ganó y decidí mandarle un mensaje, preguntándole si me podía pasar a buscar en el auto para hablar. Al rato me contestó que sí, y que en un rato me levantaba.
    
    Ya estaba oscureciendo cuando pasó, no bajó del auto y solo toco bocina para que yo saliera, así lo hice. Me subí y tuvimos los típicos saludos normales. Mi tía empezó a manejar y a mí no me salían las palabras.
    
    -Dale, siempre tuvimos la re confianza, decime lo que pasa… igual creo que ya sé –me dijo.
    
    -Me gustó todo lo que pasó el sábado, le dije… no tendría problema en… hacer… que me lo hagas vos.
    
    Mi tía me miró y se rio. Entonces bajó una de sus manos, se levantó la pollera que tenía puesta y me mostró la pija.
    
    -Chupámela mientras manejo –me ordenó.
    
    -Pero y si nos ve algu…
    
    Comencé a decir eso, pero entonces me di cuenta que mientras hablábamos nos habíamos empezado a alejarnos y ahora estábamos en una ruta no muy transitada.
    
    Me lo medité un momento pero enseguida decidí meter mi cabeza entre sus piernas. Comencé a petear esa enorme pija a la que ya le tenía cariño. La chupé se puso dura y grande como la había visto el sábado, y cuando estuvo bien al palo mi tía me hundió la cabeza todo lo que pude para que le la comiera toda, pero no fue capaz, entonces me tomó de los pelos y me enderezó.
    
    -Sí, pensé que no ibas a poder –me dijo.
    
    Entonces detuvo el auto al borde de la ruta por la que íbamos manejando sin rumbo y me miró con ternura, con esa mirada de tía que conocía de toma la vida.
    
    -Mirá sobrino, la verdad es que sos un pendejo tan mimado y delicado que… me calentás, no lo voy a negar. Te quiero agarrar y hacer mierda. Pero solo si vos lo disfrutas.
    
    No podía creer lo que escuchaba, la mirada tierna de mi tía no coincidía para nada con lo que me estaba diciendo, pero…me encantaba!
    
    -Sí, quiero -Le respondí.
    
    -Bueno, entonces… tomá esto.
    
    Sacó de la guantera una cajita y me la dio, al abrirla me encontré un dildo. Yo no tenía ninguno pero (gracias al porno) me di cuenta de que era de sos como una base para adherirse a las cosas. Era ...
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