1. Luna de miel en Africa VIII


    Fecha: 25/06/2019, Categorías: Grandes Relatos, Autor: Amocalabozo, Fuente: TodoRelatos

    ... algún amigo para que le ayudara.
    
    Me llevé, eso sí una caja de imperdibles con animalitos en la cabeza. Los usaríamos con las toallas, sino iban a durar muy poco puestas.
    
    Bueno, pues ya había contribuido a la causa.
    
    A las nueve nos vimos las tres en la puerta del restaurante, y les conté lo del chico de la tienda, y de los amigos.
    
    Pamela me dijo, que ella había hablado con el de mantenimiento, que le había dicho que el corría la voz.
    
    Y que desde entonces le había visto un par de veces, y le había dicho que ya le habían confirmado 8 que iban. Y que ellos se encargarían en acondicionar el lugar para que no molestáramos al hotel con música.
    
    Bueno si llegábamos a 12 tocábamos a 4 cada una. No estaba mal.
    
    Después de cenar, Alvaro y yo seguíamos sin dirigirnos la palabra, más que lo imprescindible, me reuní con Pamela y Rocío, y nos fuimos para la playa. De camino, cogimos tres toallas, de las que pone el hotel a servicio de los clientes.
    
    Ahora había que encontrar donde habían escogido el sitio. Realmente no fue difícil, Había unas antorchas en la playa y venía música de la zona. Nos fuimos para allí.
    
    Em seguida vimos al de mantenimiento, venir a recibirnos.
    
    “Hola”, nos saludó.
    
    “Hola”, dijimos las tres, y le seguimos.
    
    Vino hacia mí el chico de la tienda. Todos tan monos con sus toallitas puestas. Habían puesto todas las botellas, y vasos, sobre una mesa plegable.
    
    “Aquí está todo, señora, y he traído tres amigos”, me dijo.
    
    “Muy Bien, muchas gracias”, le dije.
    
    Me di una vuelta dándoles a todos los chicos un imperdible, y diciéndoles cómo ponérselos para que la toalla durase algo.
    
    Nosotras también nos pusimos las toallas, solo tapándonos de cintura para abajo- Había 15 chicos y el de mantenimiento nos dijo, que camareros, cocineros y pinches, vendrían una vez terminadas las cenas, y recogida la cocina.
    
    Al final íbamos a reunir un numero interesante de pollas.
    
    Así es que ya todos listos y uniformados, empezamos la fiesta.
    
    Pamela, que se había erigido en la anfitriona, dijo unas palabras, agradeciendo a todos el trato recibido durante la estancia en el hotel y les dijo que por eso habíamos pensado en esta pequeña fiesta, para despedirnos y agradecerles los servicios prestados y los que quedaban por prestar.
    
    Que empiece la fiesta, fue el grito de guerra.
    
    Nos fuimos a la mesa, a servirnos algo de beber. Por primera vez, íbamos a tomar un combinado que sabíamos que no estaba adulterado con nada.
    
    Empezamos a beber, y empezamos a bailar.
    
    El hecho de estar en tetas, motivaba a que los chicos, aprovecharan la mínima para sobárnoslas. Por supuesto nos dejábamos hacer con gusto.
    
    Habían dispuesto un poco retirado de la zona donde estaba la mesa y donde bailábamos, tres tumbonas, con sus correspondientes colchonetas. No había que ser un lince, para saber lo que esperaba que pasara allí.
    
    Seguíamos bailando. Se acercó gente, sin duda atraída por la música, que supongo eran clientes del hotel. ...
«12...567...»