1. La sala de juntas está vacía" Pt 1 (H24)


    Fecha: 24/06/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hace tiempo que había deseado contar con una perrita en el trabajo, una mujer obediente que no temiera o titubeara al momento de demostrar su obediencia dentro de la empresa. Mis plegarias fueron escuchadas y durante las últimas semanas he disfrutado de las mieles de contar con mi perrita dentro de la empresa.
    
    Aquí les va el contexto. Trabajo como RRHH en una empresa dedicada a la manufactura de ciertos productos para la familia. Mis labores no se encuentran del todo centrado en la oficina, sino que en ocasiones me toca revisar ciertos temas en piso de producción. Dany (M26. La probabilidad de que ella lea esto es minima... Pero nunca 0. Le cambiaremos el nombre "just in case") trabaja como personal operativo en la misma empresa. Estatura promedio, cabello largo hasta la cintura, caderas anchas de pechos pronunciados y ojos llamativos. No recuerdo la primera vez que nos vimos, solo recuerdo que ya se me hacía frecuente verla a lo lejos.
    
    Comenzamos con miradas, estás miradas se convirtieron en ademanes a lo lejos, posteriormente a giños directos hasta intercambiar unas palabras en los pasillos. Aprovechando mi labor como RRHH decidí preguntar su nombre para "un papeleo" -Daniela - dijo ella. - Pero Dany para ti
    
    Las bromas y los "encuentros casuales" en los pasillos comenzaron a ser más frecuentes, hasta que decidí darle mi número y brindarle la oportunidad de continuar nuestra interacción o desechar el número y evitarlo. Para mi fortuna, dos noches después recibí un mensaje de un número desconocido. Era ella.
    
    Su fotografía se encontraba en B/N, era ella con mirada coqueta y sonrisa traviesa. Llevaba una blusa que resaltaba sus pechos y un choker con argolla de corazón. En ese momento pude notar todo lo que el uniforme laboral ocultaba.
    
    Las conversaciones eran de temas básicos, pero poco a poco comenzaron a escalar a fotografía casuales e incluso a bromas en doble sentido donde ella me pedía que "le diera lo que se le antoja" o donde yo me ofrecía a darle "la medicina que le quitaría el dolor de cabeza con la condición de que esté de rodillas". Esta fue la forma para tantear el terreno donde posteriormente estaría pisando.
    
    Aquellos encuentros en los pasillos comenzaron a ir acompañados de roses, piquetes de costillas e incluso "nalgadas accidentales" lo que fue un detonante para poder romper el hielo y ser más directos y poder hacer los típicos juegos de "preguntas o retos". Gracias a esto pude notar que contábamos con cierta afinidad, ella disfrutaba ser obediente y sumisa mientras que yo, ser autoritario y dominante.
    
    Después de una noche llena de comentarios, confesiones y coqueteo consensuado, decidí utilizar la sala de juntas de la empresa a las 7:30 de la mañana, hora en la cual no hay un alma cerca, pues el personal administrativo comienza labores a las 8:30, mientras que los operativos comienzan a las 7 (yo no hice esos horarios)
    
    Procedí a mandarle un mensaje:
    
    Nos vemos en la sala a las 7:30, si alguien te pregunta ...
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