1. Pagando una apuesta


    Fecha: 24/06/2019, Categorías: Confesiones Autor: Isabel, Fuente: TodoRelatos

    Estaba revisando mis correos leyendo unos y contestándole a varias personas, de antemano estoy muy agradecida por las cosas tan lindas que me han dicho, uno de los chicos con los que estaba hablando me empezó a preguntar lo de siempre
    
    ¿Cómo eres? ¿Eres Cazada? ¿Hijos? Ya saben lo normal, pero una pregunta que me sorprendió por lo directa no por espantarme
    
    ¿Te coquetean en la Calle? Y yo le conteste que – Si lo normal—
    
    El ¿y te Gusta?
    
    Yo – si hay veces que si-
    
    Me pregunto si en el Trabajo me coquetean
    
    A lo que respondí que si algunas personas y que yo muchas veces me vestía ligeramente provocativa, ya saben para que vean lo que no se pueden comer.
    
    Me pregunto si usaba Tanguita, a lo que respondí que si
    
    el - Si es cierto y sigues en el trabajo???
    
    Yo –SI
    
    El - Y a qué hora sales?
    
    Yo- ya en unos minutos
    
    El - que bien y ahorita se deleitarán quienes te vean en la calle je
    
    Yo- Pedí un Uber porque está lloviendo
    
    El- Entiendo jejejeje dichoso el de Uber que te verá en falda
    
    Yo- La verdad es que si veo que es un señor mayor pero varonil a veces abro mis piernas para mostrarles mi ropa interior
    
    El - Te reto a que le regales tu tanga al del Uber
    
    Asi que ahi comenzó el Reto, no pasaron días de que hablamos cuando necesitaba un Uber.
    
    Ese día la verdad fue alguien un poco mayor a mí, pero no como que no se merecía ese regalo además me hablo del temas políticos que la verdad lo que quería era bajarme..
    
    Pero el día de hoy se me hizo tarde así que pedí un Uber, la verdad no vi la foto solo vi las placas me subí y vi que era un señor ya grande, de esas personas que ya tienen canas se tratan de ver varoniles, bien peinado, con un suéter limpio y ese perfume que guau.
    
    Así que dije por qué no, discretamente volteaba a verme las piernas por el retrovisor, así que yo tontamente le deje ver mi tanga color negro con unos encajes en la parte de arriba, durante el viaje ya no me percate si lo volvió a mirarme aunque yo descuidadamente cruzaba mis piernas de un lado a otro en mi interior sabia que el miraba, ya casi para bajarme muy discretamente me fui bajando la tanga poco a poco para cuando estábamos en la esquina, me las quite y las se las deje a mi lado, el señor muy educado me dijo –llegamos a su trabajo señorita-, yo me sonroje y le dije gracias, y él me contesto gracias a usted por el regalo, no se si habrá visto de mas, o cuando me las quite, aunque lo hice lo mas discretamente posible.
    
    Me baje del carro rápido y me dirigí a mi módulo de trabajo, y por si se lo preguntan si, así voy a estar todo el día 
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