1. El tercer hombre con el que comparto a mi mujer


    Fecha: 22/06/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Qurioson, Fuente: CuentoRelatos

    La búsqueda de hombres para que se acuesten con mi mujer se convirtió en el eje central de nuestras vidas.
    
    No había casi otro tema de conversación y era ya una obsesión para ella.
    
    Yo fui el impulsor de la idea, y no me disgustaba para nada que así fuera.
    
    Ahora estaba abocado a encontrar un tipo que físicamente le guste a ella obviamente, y que además quiera jugar dentro de los límites que buscábamos.
    
    La idea era un tipo que sin violencia nos marque la cancha, que la trate a Laura como a una flor de puta y a mí, me haga sentir menoscabado y menospreciado como hombre y haga hincapié en que soy un pobre infeliz, impotente y cornudo, pero todo desde ya con humillaciones verbales e insultos, nada de violencia física.
    
    Algo parecido a Antonio el segundo tipo que se la cogió delante mío, pero más elocuente, y remarcando que mi participación no sería de apoyo al corneador, sino que se centraría en solo ver bien de cerca, lo puta que es mi mujer.
    
    Un hombre que reunía esas características, apareció y le mostré su perfil a Lau para que me diga si en principio le gustaba y podía iniciar un intercambio de mensajes, se llamaba Daniel, 40 años, más de 1.85 de altura, buen lomo de gym, musculoso y una verga acorde a esa altura, casi 20 x 5.5, yo mido como saben poco más de 1.60 así que al lado de él me sentía insignificante.
    
    Laura me pidió que si arreglamos con él, ponga como condición que ella no entregaba la cola, había quedado muy dolorida con el hombre anterior y no quería volver a sufrir, si yo quería ver como la culeaban, tenía que ser con alguien que no tuviera una pija mayor a 15 o máximo 16 x 4, con una pija así estaba segura de gozar el sexo anal, de lo contrario es un calvario para ella.
    
    Estuve de acuerdo con su petición y le aclaré a Daniel que no habría penetración anal, obviamente aceptó esa regla.
    
    Por otro lado a ella le gustó la idea de estar con un tipo que parecía medio patovica, le calientan los tipos musculosos de torso trabajado.
    
    Esta vez aceptamos ir a la casa del hombre, eso nos puso en una situación de desventaja, jugar de visitantes nos cohibía un poco.
    
    Decidimos ir una noche, al llegar después de tomar una copa de vino blanco, Daniel le dijo a mi mujer que lo acompañe al dormitorio y a mí me dijo que espere en el comedor hasta que él me llame, mi mujer luego me contó que hizo que se quite el vestido, él había pedido que esa noche no use ni corpiño ni tanga, por lo que sabía que al sacárselo, quedaría completamente desnuda, desde que hacíamos estos encuentros, nunca se ponia ni tanga, pero tampoco nunca había quedado desnuda a solas con un hombre que prácticamente no conocía.
    
    La dejo parada a un lado de la cama, mientras él sin dejar de mirarla de arriba a abajo, se quitaba toda la ropa, le pidió que me haga entrar a mi, pero él le respondió que ya me iba a llamar, que iba a tener que esperar unos minutos, ella seguía parada desnuda y temblorosa, obviamente no le daba vergüenza que la vea desnuda, pero ...
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