El lunes pasado (Continuación)
Fecha: 10/03/2019,
Categorías:
Gays
Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos
-¿Por qué no le dices a tu padre, que te quedas a pasar la noche?
- ¿Quieres que me quede?
- ¡Por supuesto!
Dejé caer las manos, y agarrándole por las ingles, aumenté el ritmo y la fuerza de mis envites.
-¡Agh!… ¡Agh!... ¡que me corro!… ¡buhhh!… ¡uff!
Quique acababa de correrse, aunque yo seguí pegándole zambombazos.
Después de correrme, yo también, le abracé y esperé hasta que terminé de vaciarme; y luego, me lo llevé hasta el sofá; y nos dejamos caer sobre él. No pude evitar volver a acariciarle.
- ¡Me gustas mucho!, nene. Lo sabes, ¿verdad?
Acurrucado junto a mí, me miraba y se dejaba hacer…
- ¡Oye, Quique! Podemos follar toda la noche…
... ¿si quieres?, claro!
Levantó la mirada; y me clavó los ojos.
- ¡No tienes huevos!
- ¡Ah!, ¿no? De momento, ¡vamos a ducharnos!, ¿vale?
- ¿Y?
- ¡Nos vamos a cenar!, que tengo hambre.
Todavía no eran las 21:30; así que, pasamos por el autoservicio de la esquina y pillamos unas cervezas.
- ¿Nos hacemos un chino?, o ¿llamamos a un Pizza Hut?
- Prefiero un chino.
- Entonces, vamos a dejar las cervezas en casa. Y luego, vamos a la Estación, que esos se lo curran de puta madre, ¿vale?
- ¡OK!
Pero, después de dejar las cervezas; y ya abajo, en el portal, nos encontramos con mi vecino...
- ¡Coño, Lucas!, ¿tan pronto en casa?
- ¡Si!, pero solo he venido a cambiarme. Esta noche, se quedan mi cuñada y mi sobrino.
Le miré sin entender bien de que me hablaba; y levanté las cejas...
- Es que, hemos tenido que hospitalizar a mi mujer.
- ¿A tu mujer?
- ¡Si!… esta mañana.
- Y, ¿eso?
- Pues, que se ha roto la cadera.
- ¡Vaya! ¡Joder!, cuanto lo siento, ¡de verdad!
- ¿Es tu nieto?
- ¡No! Es el hijo de un compañero de trabajo, que ha venido a echarle un vistazo a mi colección de discos, para un trabajo que tiene que hacer para la universidad. ¡Ya sabes!…
- ¡Hola!, ¡encantado!; y le ofreció la mano a Quique.
- ¡Mucho gusto!
- ¡Bueno! Pues, nosotros vamos a la Estación, que a este se le ha antojado cenar en el chino.
- ¡Ah!, pues…
… ¡ahora, nos vemos! Justamente, estaba pensando en ir para allá. Me gusta la comida china, ¿sabes?
- ¿Te esperamos, entonces?
- ¡Si no os importa!
- ¡No!, no funciona; le dije a Lucas, cuando vi que pulsaba insistentemente sobre el número 3 de la botonadura del ascensor.
- ¡joder!, que mala leche, ¡coño! Con las pocas ganas que tengo de subir escaleras.
Y, me di cuenta de lo que acababa de decirle a Lucas.
- ¿Has oído lo que le he dicho a Lucas, Quique?
Me miró, y se quedó un rato pensativo.
- ¡Andá!…
... pues ¡es verdad! Es perfecto.
Y, enseguida, sacó el móvil del bolsillo.
- ¿Papá?…
… ¡oye!, que me quedó a pasar la noche con Pepillo...
Al llegar, nos colocamos en una de las mesas del fondo, junto a la cristalera; y esperamos a que llegara Lucas. Y cuando uno de los camareros se acercó a atendernos...
- ¿Lo de siempre?
- ¡No!, yo quiero una sopa ...