1. Vacaciones de verano


    Fecha: 05/06/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sus manos en señal de adiós.
    
    Esa tarde fuimos los cuatro a la playa, (mis padres, Angélica y yo) En eso mi padre me dice, vamos a caminar, mira que tengo que hablar contigo.
    
    Me puse tenso y me llevo a pasear por la orilla. De qué se trata le pregunté. Mira, esta noche saldremos con tu madre a un motel, y llegaremos mañana, lo que quiero es que te quedes en la casa cuidando. Al regresar, mi prima me sonrió y me dijo que fuéramos a nadar. En el agua me decía, ¿esta noche me contarás todo, no? Por supuesto de dije.
    
    Una vez en casa, cenamos y mis padres se despidieron. Oía con alegría el motor de la camioneta alejarse.
    
    Angélica. sin perder un segundo me invitó a subir a su cuarto para que yo le contara lo que dejamos pendiente.
    
    Mira, lo primero que se debe hacer, es crear el ambiente necesario, así que puse música suave, y bajé las luces, de manera que pudiéramos estar más cómodos. Luego el chico debe comenzar a acariciar a la chica, su cuello, su espalda etc. ¿Por qué no me explicas y me vas haciendo lo que dices? ¿No te parece mal? dije. No, respondió, así no tendré dudas. Ella tenía puesta una camiseta y llevaba una falda.
    
    Le dije, siéntate en ese sillón y relájate. Lo cual hizo sin demora. Me puse por detrás y comencé a acariciar sus hombros, que estaban desnudos. Tomé su cabello y lo dispuse sobre su hombro derecho, comencé a besar su cuello y a jugar con el lóbulo de su oreja. ¿Te gusta? -Sí, respondió. En eso mis manos se metieron entre su camiseta y su piel, tocándole el inicio de sus pechos, que eran redondos, tersos y suaves, hasta que pude tocar sus pezones, los apretaba suavemente, y luego le cogí los pechos con la mano completa. La respiración de mi prima comenzó a acelerarse y hacerse más profunda. Lentamente comencé a quitársela. Le tomé la cabeza y le di un beso muy suave, al principio sólo mis labios tocaban los suyos, luego mi lengua sutilmente comenzaba a tocar sus labios, hasta que nuestras lenguas jugaron suavemente al inicio, para desesperarse al final. Mis labios bajaron sobre su cuello y se detuvieron en ese hermoso par de pechos, los succioné cual niño, con dulzura, con ímpetu, extasiado. La falda no demoró en salir, quedándose con un calzoncito que me calentó muchísimo, ya que se apreciaban sus formas perfectas. Le dije, ponte sobre la mesa que comenzaré a abrir tu flor. Empecé a besar sus labios vaginales sobre su ropa interior, con alegría noté cómo la humedad comenzaba a brotar.
    
    Ella parecía ida, y repetía un constante sí, lento, que le salía del alma.
    
    Siiiii, dale.
    
    Hay que quitarte ésta que ya nos estorba, y lentamente se lo retiré. Mi asombro fue mayor cuando me di cuenta que su olor vaginal era dulce y cálido, era el olor a vagina más hermoso que había sentido.
    
    Aún estaban sellados sus labios mayores y le dije: tranquila, te besaré suave, si te duele algo, dímelo.
    
    Yo estaba sentado en una silla, lamiéndole sus partes cual gourmet en la mesa, degustando a mi prima en su totalidad. Mi ...
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