1. Comida para llevar


    Fecha: 05/06/2019, Categorías: Confesiones Autor: maria grinder, Fuente: CuentoRelatos

    ... chispazo, me puse un poco nerviosa. Quedé muda, por un momento y le dije:
    
    D- El fisio?, que vive en Madrid? Tu madre me ha hablado de ti alguna vez.
    
    Asintió con la cabeza, mientras me dijo:
    
    Que había venido, a pasar el fin de semana con sus padres. Y él se quedaba aquí, para abrir el local. Sábado y domingo lo pasan juntos, bla.bla.blá.
    
    D-Te queda algo de comida para llevarme? Le pregunté.
    
    L- Algo queda, contestó.
    
    L- Espera, que bajo la persiana, no quiero que se cuele más gente.
    
    Mientras, me decía, qué le quedaba de comer. Yo le miraba, el culazo que tenía. Se dio la vuelta. -Que corte-
    
    -Ese culito, que no pase hambre-. Pensaba
    
    Y, rápido le conteste: Ensalada y pollo.
    
    Quería irme rápido, me estaba cortando, de tanto mirarle. Y él tan serio.
    
    En un momento, ya me sacaba la comida, con su bolsita. Él salía de la barra, para dármela en mano, yo me acercaba. Mirándole de arriba abajo, para recogerla.
    
    Justo, cuando estire la mano, para coger la bolsa. Se rompió el tacón de mi zapato. Me doble el pie y aaah, que dolor.
    
    Me iba al suelo de cabeza.
    
    Luis, que estaba justo al lado, sin soltar la bolsa de comida, que llevaba en la mano, me cogió al vuelo.
    
    Como a una pluma por las caderas y me dejo sentada, en una mesa.
    
    Al subirme, también se subió la camiseta. Me quede, con el culo sobre la mesa y el “potorro” al aire.
    
    Él, me cogió el pie, rápidamente, y empezó a masajearlo. Sin inmutarse,
    
    L- Es, para que no se inflame el pie, me dijo…
    
    L- Soy fisio, te lo dejo como nuevo. No te preocupes
    
    D- Ya, ya. Dije yo.
    
    Yo, muerta de vergüenza, diciéndole, perdona, he salido corriendo, cuando he visto la hora y no me ha daba tiempo ni para vestirme. Bla, bla, bla.
    
    L- No te preocupes me dijo. Mientras me masajeaba.
    
    De vez en cuando se le iban los ojos a la entrepierna.
    
    Estaba un poco cortada, a veces me quejaba del dolor, pero estaba a gusto
    
    - La “almejilla”, empezaba a hacerme palmas- Me estaba humedeciendo.
    
    Ese masaje, que no sé, qué hacía, pero el guapetón, me tenía estremecida.
    
    Al ratito me dice:
    
    L- Me encanta tu rasurado “Brasileño”.
    
    Me quedé helada. Estaba súper cortada, Y le digo:
    
    D- No es un rasurado brasileño. Es un rasurado de “Dulce”, que lo he hecho yo. Jajaja, jajaja. Nos reímos un rato y le digo:
    
    D- Gracias, tienes buen gusto.
    
    Con la tontería, nos echamos unas risas, Y parece que se rompió un poco el hielo.
    
    Seguía masajeando, a la altura justa, para cuando se acercaba. Yo, decía Ahh, me duele, e intentaba rozarle el paquete, con los dedos del pie.
    
    Se queda mirando, fijamente, a la entrepierna y me dice:
    
    L-Tienes un poco de sangre, en la esquina del triangulito.
    
    Miro, a ver qué pasaba. Era una mini gota del rasurado.
    
    D- No pasa nada, le dije.
    
    Trajo una venda y la puso en torcedura, y seguía.
    
    El masaje, que su mano ya estaba llegando al muslo y subía. Yo encantada. Ya tenía, el paquete, pegado a la planta del pie.
    
    Masajeaba, de la rodilla a ...
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