1. Un despiste me condujo a mi sumisión (25)


    Fecha: 31/05/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: slave10, Fuente: TodoRelatos

    Mientras estaba sujeto a la anilla vi como saludaban a un matrimonio, ambos algo obesos. Deduje que hablaban de mi porque en un momento dado todos se giraron para verme tras una indicación con el brazo de mi Ama Carmen.
    
    Pasado un rato Julio y mis Amas se acercaron al mostrador. El llevaba una cesta con lo que mis Amas habían elegido.
    
    Mientras hablaban el matrimonio se acercó al mostrado para pagar lo que habían elegido.
    
    El matrimonio se marchó llevándose a su perrito. Mis Amas mientras siguieron negociando con Julio lo que les iba a cobrar.
    
    Me acerqué al mostrador junto a mi Ama. Julio me miraba con una expresión morbosa. Dejaba entrever su deseo y necesidad.
    
    Detrás de Julio y tirado por él de la correa nos dirigimos todos a una habitación situada al final del sex shop. Antes había colocado el cartel de “vuelvo enseguida”. Al llegar mis Amas se acomodaron en un sofá que había, encendiéndose un cigarrillo y mirándome con una sonrisa de satisfacción.
    
    Me desnudé quedando expuesto ante todos. Julio tomó una palmeta y me abofeteó la cara.
    
    Arrodillado y con la boca abierta recibí varios salivazos que llenaron mi cara y mi boca. Así, me tomó la cabeza con sus manos pegando mi boca a su polla. Era una polla gorda y grande. Me asuste solo de pensar que deseara follarme.
    
    Sacaba su polla de mi boca varías veces para escupirme en ella. Le gustaba que se la mamara con mi boca llena de su saliva. De reojo miraba a mis Amas fumándose sus cigarrillos y muy pendientes de mi comportamiento.
    
    Julio lo tomó y con movimientos de su cadera me iba follando la boca a la vez que cogía el látigo y lo descargaba sobre mi espalda. Conforme se acercaba al orgasmo los latigazos se unían a su intensidad.
    
    Antes de alcanzar su orgasmo me separó de su boca y me levantó del suelo. Así, me llevó a una especie de potro sobre el que echó para amarrar mis manos a sus patas. Después procedió a colocar unas argollas en mis tobillos y estas sujetas a las otras patas del potro. Estaba totalmente inmóvil, ofrecido y entregado.
    
    Fue Carmen la que se levantó y acariciando mi culo me habló.
    
    Mientras me hablaba me hacía saber que su cigarrillo se estaba terminando y no había donde apagarlo. Tras varios latigazos que marcaron mi culo con su trenzado sentí aplastar en mi culo su cigarrillo.
    
    Mientras seguía azotándome Merche le dio su cigarrillo para que lo apagara.
    
    Volvió a aplastar el cigarrillo sobre mi culo y hecho esto le cedió el látigo a Julio.
    
    Las manos de Julio se posaron sobre mis caderas, cogiéndome con fuerza y a la vez haciéndome sentir la dureza de su polla contra mi culo. Empezó frotándola contra mi, restregándola entera. Cuando la sentí muy gorda noté que una de sus manos me soltaba y cogía su polla para ponerla a las puertas de mi ano.
    
    Lo poco que podía moverme hizo que mis caderas se alzaran una y otra vez buscando su polla.
    
    Noté como la punta de su polla se iba abriendo paso por mi esfínter. Era muy gruesa y costaba seguir ...
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