1. Soy el juguete sexual


    Fecha: 28/05/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: solymar, Fuente: CuentoRelatos

    ... ese juego no me estaba permitido.
    
    Solo le entregue las instrucciones. Y leyó:
    
    -Solo para uso personal.
    
    -Incluye ropita para cambiar.
    
    -Incluye accesorios para el placer.
    
    -Si querés que hable convidale vino.
    
    -Si la querés muda, convidale vino.
    
    Ante cada instrucción leída su sonrisa aumentaba.
    
    Yo estaba parada frente a él. Inmóvil. Como una muñeca.
    
    Él observó detenidamente dentro de la caja y su sonrisa aumentó. Creo que imaginó varias cosas.
    
    Empezó a sacar la ropita. Primero la negra, de encaje y con un gesto entre pícaro y autoritario me dijo: Ponetelo.
    
    Me lo puse, delante de él, mientras se le hacía agua a la boca.
    
    Mi corazón se salió de mi pecho al ver su reacción…
    
    Bailame -me dijo.
    
    Le baile.
    
    Le quité la remera, le desprendí el jeans, le introduje la mano en su entrepierna y saqué su miembro duro y mojado.
    
    Pero no hice nada más, hasta que me lo pidió.
    
    -Chupamela -me exigió.
    
    Así lo hice, tal cual me lo pedía.
    
    Se la chupe un poco, me cogió contra la pared otro poco y me pidió que me cambiara de ropita.
    
    Esta vez me dio la blanca, era de lycra, suave, ajustada, mis pezones asomaban, mi vagina se mojaba.
    
    Con el conjuntito blanco jugó conmigo en el piso, casi abusando de mí, me introdujo el vibrador en la vagina y me hizo llegar al orgasmo, explotando de placer, sintiendo con cada célula de mi cuerpo, las contracciones de mis músculos.
    
    Aun gimiendo de placer me levanto del piso y me dijo -Ahora si me voy a divertir con vos.
    
    Me quitó la ropa blanca, me vistió con la azul, sujetó mis manos con las esposas en mi espalda y me vendó los ojos.
    
    Yo, recién acabada, extasiada, aun con palpitaciones orgasmicas le pedía que hiciera lo que quisiera conmigo.
    
    Y así lo hizo.
    
    Me tiró boca abajo sobre el escritorio, esposada, abrió mis piernas, me introdujo el vibrador nuevamente en mi vagina y me cogió por el culo, fuerte, demostrando cómo jugaba con su juguete, sabiendo que se lo había ganado.
    
    Su pene se ponía cada vez más duro, caliente, y yo estaba súper sensible después de mi orgasmo en el piso. Sus movimientos eran más rápidos y con más fuerza, su respiración se agitaba, sus gemidos y jadeos eran cada vez más fuertes…
    
    Estábamos tan calientes!!! Llegamos juntos al orgasmo.
    
    Sentía como su pene eyaculaba con cada contracción dentro mio, como me llenaba de semen el culo.
    
    Sentí como se ensanchaba dentro de mí.
    
    Después de semejante explosión de placer llegó la calma.
    
    Brindamos con el vino blanco. La sonrisa volvió a su rostro.
    
    Aún guarda la caja y el moño para recibirme como su regalo cada vez que lo quiera. 
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