1. Años esperando este momento (Parte 1)


    Fecha: 26/05/2019, Categorías: Hetero Autor: DAMECANDELA, Fuente: CuentoRelatos

    ... enterarme.
    
    A partir de ese momento, nuestro vínculo comenzó a ablandarse. A pesar de que continuaba sin suceder nada físico o sexual, comenzamos a intercambiar palabras de nuevo, a hacernos chistes, a flirtear de nuevo. El deseo volvió a arrollarme con fuerza, pero yo quería mucho a mi pareja y no estaba dispuesta a serle infiel, por muy caliente que me tuviera Agustín.
    
    Sin embargo, a pesar de no llevar a cabo ninguna de las cien mil cosas que quería hacerle día y noche, empecé a ceder un poco en conversaciones. A responder sus comentarios subidos de tono, e incluso a revivir nuestro excitante intercambio de fotos por chat, diciéndonos todo lo que nos haríamos si pudiéramos.
    
    Poco tiempo después, mi relación con mi pareja de ese entonces llegó a su fin, y luego de esos primeros días de duelo y tristeza, lo único que quería hacer era instalarme en lo de Agustín una semana, y tener todo el sexo que habíamos querido tener durante los últimos años, en todas las formas, poses y lugares fantaseadas.
    
    Ese último tiempo habíamos estado hablando mucho, él sin la presión ni la culpa de estar en falta con una pareja, me decía constantemente que quería verme y que fuera a su departamento, aunque sabía en el fondo que yo no iba a hacerlo y lo respetaba. Pero aun así disfrutaba un montón de tenerme prendida fuego, sabiendo que lo que más quería era estar encima de él. O debajo.
    
    Los primeros días luego de mi separación decidí no contárselo, ya que sabía que se pondría insistente y yo estaba todavía abrumada. Sin embargo, unas semanas después, estábamos hablando y él como de costumbre me dijo:
    
    -Podrías venir a mi casa, sabes que siempre estás invitada.
    
    Me lo decía jugando, como siempre, sólo para inquietarme, sabiendo que sostendría mi “no” de siempre.
    
    -Bueno, ¿cuándo? -le respondí
    
    Él, desconcertado, me preguntó si estaba hablando en serio, y al decirle que sí me dijo que me esperaba aquel miércoles por la noche.
    
    Ese miércoles me sentía un poco nerviosa, pero más emocionada. No era como cuando uno sale con alguien que no conoce, en modo cita a ciegas. Aquí estaba por ver a alguien que conocía bien, con quien tenía confianza, con quién una conversación saldría fluida, con quien ya estaría cómoda desde el principio. Pero por otro lado, se concretarían las fantasías acumuladas durante años. Años de idealizarnos se desplegarían aquella noche, y podría salir muy bien o muy mal. Sin medias tintas.
    
    Llegué a su departamento y al bajarme del taxi me esperaba en la puerta, ya que venía diciéndole por dónde iba. Lo saludé como de costumbre, como cualquiera saluda a un amigo, aunque sentía los nervios en mi cuerpo. Subimos, y al atravesar la puerta y quitarme el abrigo, Agustín se acercó a mí y me preguntó:
    
    -Ahora sí vas a saludarme como corresponde?
    
    Y tomando mi cara con una mano, se acercó suavemente y me besó. Toda nuestra química se vio reflejada en ese beso. Nuestros cuerpos se entendían, nuestras manos, nuestras lenguas. Nos ...
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