1. En mi secuestro me convertí en esclava sexual


    Fecha: 19/05/2019, Categorías: No Consentido Autor: profelocutor, Fuente: CuentoRelatos

    ... yo; lo cierto era que podía ver y detallar al menos, la habitación en donde estaba ahora.
    
    Ellos estaban allí frente a mí. Yo guardé silencio y sólo esperé que ellos me dieran instrucción.
    
    -Debido a tu comportamiento queremos que ahora estés en esta habitación, tiene su baño y una cama confortante en donde podrás dormir cómoda.
    
    Ellos tenían puesta una máscara cada uno y sólo podía verles el físico atlético y su altura y por supuesto la vestimenta con la cual andaban vestidos.
    
    -¿Tienes alguna pregunta? Ahora es el momento!
    
    -Cuándo podré irme?
    
    —He sido complaciente porque no me he portado mal y he aceptado todo lo que me hacen por las noches y no les he gritado, no he hecho ningún berrinche o algo parecido tratando de colaborar con ustedes y conmigo. –Les dije.
    
    —Entiendan mi situación, mi familia debe estar preocupada por mi, qué piensan hacer conmigo?
    
    —Falta poco corazón, continúa así como vas y ya verás que serás libre nuevamente. –Me dijo uno de ellos.
    
    —Por lo pronto disfruta de tu nueva habitación. Y como te hemos dicho: colabora y todo irá muy bien como hasta hoy!
    
    Salieron de la habitación y quedé sola allí. Pude ver el baño y detallar que allí había de todo para el aseo y baño corporal. Estaba tan acostumbrada al baño que me daban que sentí la necesidad de asearme y lavar mis partes íntimas sabiendo que ellos me tomarían, o al menos uno de ellos.
    
    Esa noche esperé a mi amante con deseos, ya que mi vagina comenzó a desear ser chupada, comida, tragada, succionada por los labios de mis amantes. No había llegado, y ya mis jugos vaginales mojaban mi coño, me había acostumbrado a sentir el sexo oral que me hacían. Yo lo disfrutaba porque me la comían divino, y ya sabía que no había penetración, solamente me la comían y ya.
    
    Esa noche me quedé con las ganas ya que no llegó mi visitante tan deseado, y para volver a dormir tuve que recurrir a darme una paja o masturbada, así que tomé con mis dedos mi vulva y comencé acariciar mi clítoris y a penetrarme con mis dedos y apretar mis pechos. Humedecí mis dedos con mi saliva y parte de mis jugos que empapaban mi coño deseoso de ser degustado por esas lenguas con esas capacidades y destrezas orales. No me llevó mucho tiempo llegar al clímax y tener un orgasmo del carajo, divino. Luego dormí extasiada.
    
    La mañana siguiente desperté oyendo una música muy suave que venía al perecer de arriba del techo de la habitación, una especie de parlante colocado allí y me proporcionaba la música que estaba oyendo.
    
    Mi mundo exterior se había paralizado, no sabía qué ocurría, desconocía si me buscaban, si pronto me encontrarían, pero lo que si estaba seguro, era que cada noche mientras dormía, estos hombres me daban una buena mamada, la cual empezó hacerme falta por las noches, sea cual fuere; uno o el otro, mi cuerpo necesitaba de esas caricias nocturnas sobre mi vagina hasta hacerme terminar.
    
    Esa noche en particular no la olvidaré ya que sin yo saberlo iba a ser una especie de ...
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