Qué niño! - Relatos Eróticos

Qué niño!

... cerca de casa alguien nos podría ver de manera que le

dije que no necesitaba nada , pero su audacia me seguia excitando, además su

manera tan descarada y cachonda de verme principalmente las nalgas me tenia ya

muy caliente a tal grado que mis pantaletas estaban humedas.

Al salir compramos un helado que terminamos de comer en una

mesa del exterior, soportando las miradas de admiración de los caballeros que

pasaban, pues al sentarme se me subió la falda casi hasta las pantaletas de

manera que los hombres no importando que fueran acompañados me veian

cachondamente, no desaprovechó la ocasión para halagarme nuevamente diciendo que

se sentía muy orgulloso de estar en compañía de una señora tan bonita y ser la

envidia de todos los que pasaban, acomodamos las cosas en la cajuela, siempre él

tratando de ver lo mas que podía cuando me agachaba.

Igual que al principio me abrió la puerta para subir ,

sabiendo sus intenciones y con mi calentura ya desatada al hacerlo abrí

completamente las piernas para descaradamente mostrarle las pantaletas,

permaneci asi sin cerrar la piernas por un momento para ver su reacción , él se

sorprendio con mi actitud e hizo un

!!!up!! muy marcado haciendome saber que estaba viendo todo,

eres un pillo descarado-le dije-

sería imposible dejer de ver este espectáculo-me dijo-

Me le quede viendo e intercambiamos una sonrisa de

complicidad e iniciamos el regreso,en el trayecto la conversación estuvo cargada

de picardía me sorprendio su gran atrevimiento para halagarme diciendo que mis

piernas eran muy bonitas,que lo ponia tremendamente nervioso y que estaba muy

contento de haberle permitido acompañarme porque sentía muy bonito estar junto a

una señora tan bonita.

Llegamos a la casa,no desaprovecho la ocación de abrirme la

puerta del coche ni yo de proporcionarle un gran espectáculo permitiendole ver

claramente las piernas y las pantaletas nuevamente, me ayudo con las bolsas y al

entrar y dejarlas note que tenía una tremenda erección que se marcaba a través

de su pantalón. eso termino de calentarme y decidí ser mas atrevida para ver que

pasaba, le pedí que me ayudara a acomodar los víveres y para alcanzar la alacena

superior, traje una pequeña escalera de esas que se abren que uso cuando

necesito alcanzar algo, subí y le pedí que me diera las cosas, obviamente mis

piernas quedaron a la altura de su cara y al darme las cosas casi las rozaba de

manera que podia observarlas en todo su esplendor se les quedo viendo

descaradamente y dijo

!Pero que cosa!

voltee lo vi a los ojos, y me dijo

¡Perdóname pero es que tienes unas piernas fabulosas!

eres un pillo muy atrevido -le conteste-

de verdad, se acerco y se agacho descaradamente para ver mis

pantaletas

su atrevimiento me encantaba, en ese momento deje de verlo

como un niño y lo ví como un jovencito caliente y aventado que me tenia

excitadisima y con las ...