1. El sirviente


    Fecha: 16/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    me dijo EL SIRVIENTE:
    
    -Estimada Señora Mari,
    
    No voy a ocultar la emoción que he sentido al leer en su página que una de sus prácticas consiste en aceptar sirvientes domésticos así como internamientos.
    
    Emoción profunda y contenida, Señora, porque, puedo confesarlo sin sombra de duda, mi alma es esencialmente sumisa y servicial.
    
    Permítame que le introduzca con brevedad en mis "Referencias".
    
    Hace muchos años, en una galaxia muy lejana, conocí a una Mujer. Coincidimos en la tienda de antigüedades que regentaba un Amigo común en mi ciudad, Sevilla. Ella era condesa y tenía un palacete en el barrio de Santa Cruz. Casada y con hijos, su familia se desplazaba los fines de semana a una finca en Extremadura y era entonces cuando Ella daba libre al servicio del palacete y yo... yo vivía por y para Ella. Mirando hacia aquellos dichosos años, hacia aquellos inolvidables fines de semana, me doy cuenta de que aquella Mujer entendió entonces mejor que el que escribe estas líneas, que soy "Un sirviente". Servía el desayuno en su alcoba, el té a sus Amigas, limpiaba tazas de wc pulquérrimas, daba lustre a todo tipo de calzados, ejercía de mayordomo, ayuda de cámara, lacayo y hasta de mozo de cuadra cuando acudía a su picadero favorito.
    
    Nunca, en ni un sólo instante de aquellos fines de semana, se me pasó por la cabeza otra cosa que no fuera ser un mero instrumento al servicio de su confort y gozo. Mi felicidad consistía en servir y nada más.
    
    Luego Ella se divorció y se instaló en Londres y nuestra relación entonces saltó a otro nivel que desgraciadamente se interrumpió para siempre con su muerte a orillas del Ganges hace tres años, víctima de un cáncer de hígado.
    
    Desde entonces, el desierto y la incertidumbre, Señora. Por eso, leyendo su página me ha embargado la emoción. Sé que yo vivo en Sevilla y Usted en Salamanca y que este tipo de circunstancias complican las cosas, pero no he podido evitar soñar con volver a ser feliz haciendo lo que más amo en esta vida: por un mundo más cómodo para las Damas. Me ofrezco pues, como sirviente. En la distancia y si lo considera adecuado, para servicios puntuales (le ruego mínimo un par de días) y en general, me ofrezco para todo aquello que estime adecuado en mi aprendizaje de "Servicio a una Divina Dama".
    
    No la molesto más, Señora. Le ruego considere con misericordia mi propuesta. Leyendo su texto, la esperanza ha renacido en mi alma sumisa y servicial.
    
    A su disposición, su sirviente.
    
    - Le contesté: Sirviente, tus palabras e historia, son tristes... es casi a una historia de amor bonita, pero fallida y más aun con ese desenlace fatal... Como diría Neruda: Es tan corto el amor y tan largo el olvido.
    
    Y deseo enormemente que puedas encontrar una mujer con la vuelvas a retomar tu camino de sumiso servicial. No puedo decirte que esa mujer sea yo, pero ojala lo fuese y pudiese encontrar mi alma gemela: Un esclavo servil. 
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