1. La lasciva vida de una maestra de escuela (Parte 1)


    Fecha: 12/05/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Trovo Décimo, Fuente: CuentoRelatos

    ... acostada sobre la cama a pasar la siesta medio desnuda, con las piernas y la vagina abiertas, con el regusto aún del semen en mi boca, pero sobre todo, satisfecha.
    
    Un sentimiento de culpabilidad y cargo de conciencia me abrumaron los días siguientes, a pesar de haber gozado como una ramera, no quería ni ver a Ramón. Y así fue, no entable ninguna conversación con él, ni le daba la vista. Mi marido llegó ese fin de semana y lo provoqué para que me follara, lo hizo, pero no era comparable a lo que me hizo sentir Ramón. Eso me hizo caer de nuevo en los brazos del robusto albañil que supe era ya padre de cuatro hijos legítimos de su esposa Rosa y alguno más de alguna despreocupada mujer casada como yo. Una semana y media más tarde, el ingeniero encargado de la remodelación, quien llegaba solo a supervisar los trabajos, me confirmó que el trabajo se finalizaba al siguiente día. Fue cuando tomé la decisión de despedir a Ramón, le escribí nuevamente en otro papelito, el cual decía… “Te invito a cenar mañana por la noche”, esta vez quería tenerlo solo conmigo sin nadie más en la casa.
    
    Ahora si me puse lo más sexi que encontré en mi vestidor, un vestido súper corto, con amplio escote, sin sujetadores, zapatos de tacón y una tanguita que tenía un par de años de no usar. Ramón llegó puntual también, ya no tenía puesto su mono de trabajo, sino un pantalón oscuro y una camisa sport. Como la vez anterior, previo a la cena, me empezó a comer a besos la boca, el cuello y mis tetas. Al poco tiempo ya estaba de nuevo en sus manos. Me pidió que me pusiera en cuatro patas sobre el sofá levantando mi culo respingonamente, él se colocó detrás y comenzó a decirme que tenía una culito precioso, luego me subió el vestido y besó las nalgas una a una mientras sus dedos hurgaban mi conejo, que ya estaba mojado y hambriento. Luego su lengua inspeccionó mi ano, haciendo a un lado mi tanga… de nuevo su lengua me ponía loca de placer. Le pedí entre quejidos que me la metiera. No me hizo esperar y poniéndose de pie atrás de mí, sacó su gorda verga y me la embutió en mi vagina casi de un tirón… luego empezó a bombeármela con ricos golpes secos. Llegué a un orgasmo a los pocos minutos después de penetrarme.
    
    –“¡Quiero chupártela!” Le dije.
    
    Me desprendí de su falo y me senté mientras él parado frente a mi esperaba mis labios en su verga. La tomé con ambas manos y la lamí arriba y abajo, pude sentir mis propios jugos vaginales que tenía su verga impregnada. No me importó, se lo mamé como si fuera un rico manjar. Ramón me tuvo que detener, porque si no él se hubiera corrido en mi boca, pero él tenía otras ideas… ¡Deseaba PREÑARME! Ahora él se sentó primero en el sofá y me dijo que de espaldas me sentara sobre su verga, así lo hice, su verga entró hasta lo más profundo de mi conejo sin obstáculos topando con mi pared vaginal su orondo glande. Ramón me abrazó con sus fuertes brazos y yo me giré para besarlo a la vez que movía mi cadera con buenos sentones de mi trasero sobre ...