1. Afortunado trabajo con Ana


    Fecha: 29/04/2019, Categorías: Hetero Autor: vfive5, Fuente: CuentoRelatos

    ... mordió el labio inferior. Una auténtica fiera había sido liberada.
    
    Siguiendo sus indicaciones, cerré con llave el archivo y nos acomodamos. Quedamos de pie apoyados en la pared. Yo desabotoné su blusa con calma. Sin quitarle el sujetador, extraje sus tetas para empezar comérselas. - Vaya ricura de pechos!!, pensé.
    
    Lamí golosamente toda su amplitud. Mamé aquellos pezones que pedían que mis labios se apoderasen de ellos, los mordí y succioné hasta que mi compañera me clavó las uñas pidiendo tregua.
    
    Palpé lentamente en culo prieto de Ana y sobé a placer a mi maestra. Ella jadeaba con sigilo cada vez mas caliente, más excitada y más ansiosa de nuevas acciones.
    
    Su mano fue directa bajo mi pantalón. Ana buscó mi sexo y lo acarició diligentemente. Mi falo se puso más duro aun. Ella me bajó los pantalones y con todo el deseo imaginable empezó a mamar mi verga. Ya no había pudor alguno. Ana lo lamía y le escupía con puro deseo, lubricando y tragando mi pene con total maestría. Me miraba pecaminosa. Lo tenía entero en su boca. Sus ojos delataban el vicio que había acumulado durante días.
    
    Yo la observaba atónito y caliente perdido. Ana se puso en pie y se giró.
    
    Desabroché y le bajé los pantalones. Aun detrás de ella, me agaché para besar y lamer su culo. Bajé sus braguitas y mi lengua lamió su rajita y su delicioso ano con puros lametones de deseo salvaje. Su olor, su sabor y su aura de diva se apoderaron de mi voluntad. Empapé su culito y lamí cada rincón de su entrepierna. Ella sacaba cadera contra mi boca y con sus movimientos exteriorizaba su deseo de recibir más lengua y le comí todo su coño y su orto.
    
    Me puse de pie. Rocé sus labios vaginales con la punta de mi poya y, sin prisa alguna, unté mi pene con la crema vaginal que afloraba de su coño. Tras lubricar mi falo la penetré de forma deliciosa. En esos momentos pude percibir el calor de la zona interior de su coño empapado en jugos.
    
    Mientras se sucedían las embestidas desde atrás, agarré y sobé sus tetas a placer. Disfruté amasándolas.
    
    Por momentos le daba cachetadas en su precioso culo y noté como sus jadeos y gemidos crecían. También sus movimientos se descontrolaron y con fuerza mis embestidas crecieron al compás de las suyas. Ana estaba empotrándose contra mi cuerpo, haciendo que toda mi dura verga se alojase en su cavidad.
    
    Estábamos entregados, calientes, salvajemente sexuales y noté como su cuerpo comenzó a dar convulsos espasmos incontrolados. Ana se corrió abundantemente mientras mi poya no paraba de entrar y salir de su interior.
    
    Aguantamos de pie, sosteniendo la postura para que ella recuperase el aliento tras venirse y nos besamos con lengua. Ella me miró con expresión pícara. Me dijo que deseaba sentir el calor de mi semen en su boca. Mis ojos se abrieron sorprendidos y mi sonrisa delató la respuesta.
    
    Ana se giró y agachó hacía mí. Lamió todos sus jugos de mi tronco y mamó verga con soltura. Yo agarré su cabecita y sostuve su melena rubia con una mano. ...